Cómo involucrar los niños en las tareas de casa

¿Cómo involucrar los niños en las tareas de casa? Cuándo ellos son pequeños están locos por barrer, lavar, quitar el polvo… pero parece que, cuando crecen, cambian de chip y ya no les apetece nada hacer las tareas del hogar. Veremos cómo reverter eso.

Con 15 meses de edad, un niño ya puede limpiar su mesita, espejos, barrer si ensucia algo, quitar su plato y tenedor después de comer… cuando yo era asistente de Comunidad Infantil ví como niños tan chiquitos les gustaba participar y contribuir quitando sus servicios después de la merienda. Cuanto antes ellos empiezan es mejor, por eso si tienes un niño pequeño aprovecha ahora para enseñarle.

Es verdad que los niños muy pequeños a veces más ensucian que limpian, pero es un proceso, están aprendiendo, y si no los dejas practicar nunca aprenderán. Puede ser complicado, porque tenemos prisa, tenemos miedo que se hagan daño o que rompan algo, pero de verdad: vale la pena creer en tu pequeño y permitir que él o ella recoja esa tierra que derribó al suelo.

Sin embargo, ahora tu hijo o hija ya pasó de los 15 meses hace mucho tiempo y tienes de recuperar el tiempo perdido. O también puede que cuando eran pequeños, ellos ayudaban, pero ahora que tienen 6 años o más ya no quieran. ¿Por que eso ocurre?

El efecto espejo

Por falta de ejemplo. Muchas veces eso que tanto nos quejamos de nuestros hijos fuimos nosotros mismos que les enseñamos a ser o hacer. En el caso de las tareas de casa, es muy común que los padres y madres se quejan  que su niño deja la habitación llena de juguetes por el suelo y no los recoge, pero esos mismos padres y madres también dejan sus cosas por la casa, bien zapatos, abrigos, libros, tablet, etc.

Los niños son nuestro espejo, ellos aprenden mucho más de lo que hacemos de lo que decimos, por eso hay que estar muy atento a lo que haces. Si quieres tener un hijo ordenado, pues tú debes ser el primero a ser ordenado.

«Pero soy la reina del orden, mi pareja también! Y este niño no me hace caso y tiene más legos en el suelo que en la caja». Vale. Entonces te pregunto: ¿por que los legos están fuera de la caja? ¿Ya hicisteis esta pregunta alguna vez? Si a tu hijo le gusta mucho montar legos, pero tiene las piezas todas mezcladas en una caja de 5 litros de plástico, por supuesto él tendrá de esparcir todas las piezas en algún lugar (y será el suelo, por ser más extenso que la mesa). ¿Cómo podrá encontrar el ladrillo azul de 6 puntitos? ¿O las hojas del árbol para el jardín? ¿O aquel muñeco de Batman?

El ambiente preparado, tan necesario

Ahí entra la cuestión del ambiente preparado. Por eso siempre digo que el ambiente preparado es mucho más que un colchón en el suelo y una estante bajita con libros. Por eso siempre digo que el ambiente preparado no es algo solo para cuando son bebés, toddlers, y que después de los 6 años  – hala!- a meter la cama, una mesa para estudiar, un armario para tener los juguetes (metidos en cajas de plástico de 5 litros) y ya está.

Eso no es así. El ambiente preparado es para siempre. Entiendo que muchos vivimos en pisos pequeños, pero vuelvo a repetir, con una mirada crítica, descartando lo que no usamos, y haciendo una visita a Ikea para ideas de almacenaje sí se puede.

Si necesitas inspiración, tengo muchos posts en el blog sobre ambiente preparado. Te dejo dos, que acredito que pueden ser útiles:

Cómo preparar un ambiente Montessori en espacios reducidos

Espacios Montessori para Hermanos: sí es posible!

Si sufres porque tu hijo/ hija tiene la habitación que parece que pasó un tornado, mi consejo es, primero: busca fallos en el ambiente. Es decir, verificar si él/ ella tiene dónde guardar sus cosas y cómo está haciéndolo. A lo mejor es hora de separar cosas que ya no usamos para dar espacio, o quizás colocar una balda, o cambiar para una estantería mayor…

Hablando, nos entendemos

Segundo: habla con tu hijo sobre el problema y buscad una solución. Puedes utilizar la reunión familiar o sencillamente sentarse con él y hablarle sobre lo que está ocurriendo.  Parto del supuesto que estamos hablando de un niño de 6 años o más, es decir, que ya tiene fuerza física, locomotriz y también de razonamiento.

Con Izan, prefiero hablar. Nos sentamos y le digo, con tranquilidad, sin gritar, como si él fuera un compañero del trabajo: «Mira Izan, está pasando eso.» Coloquemos, como ejemplo, que él no ordena su habitación. «Tienes tu habitación muy desordenada. No te parece?» y él muchas veces me dice que sí. Entonces continuo: «tener la habitación así no es bueno, porque luego no encuentras tu libro, o el juguete x que tanto te gusta, o puede que entre Moon (nuestro perro) y lo muerda y lo rompa. Pero, si tienes todo en su sitio, sabrás dónde estará y estará protegido.» Él puede darme razón pero suele añadir con sus razones para no ordenar la habitación. «Es que estoy muy cansado», «es que es muy aburrido», «es que quiero jugar». Entonces intento negociar.

Le digo que ahora él puede descansar un rato pero luego tendrá de ordernar a sus cosas. Eso sí: se cumple siempre lo que se ha acordado. Si le ayudo a recoger, recojo solo una parte de sus cosas, el resto será él quién recogerá.

En Disciplina Positiva siempre buscamos soluciones, no buscamos culpables, no se usa chantajes y mucho menos premios o castigos. En Disciplina Positiva las relaciones son horizontales, el padre o la madre habla con el hijo o hija desde el mismo nivel, con respeto, acreditando en su capacidad y tratándolo cómo al padre/madre le gustaría ser tratado. ¿Qué harías si tuvieras un problema con tu pareja? Hablaría con ella, verdad? Pues con los niños es lo mismo.

Estoy totalmente en contra de los castigos, porque a parte de generar rabia, rancor, sentimientos de culpa, afecta la calidad de la relación, pero también porque el castigo no enseña nada al niño, y lo que es peor, le rescata. Pero cuando pides al niño una solución, ocurre el revés: lo empoderas. El mensaje que le transmites es: estoy segura de que podemos solucionar eso juntos. 

El ejemplo que utilicé fue el clásico de la habitación desordenada, pero vale para todas las situaciones posibles: si tu hijo no quita la mesa después de comer, no lava los platos, no separa la ropa sucia, etc. Vale para todas las situaciones. Mira el ambiente para buscar algún posible fallo, observa a ti misma y a tu pareja para verificar si estáis transmitiendo un mensaje equivocado,  y pídele (al niño o a la niña) una solución.

Si luego la solución no funciona, no pasa nada. Se vuelve a hablar, se busca otra, y otra, y otra, hasta dar con la que mejor funciona para vosotros.

Como podéis ver la táctica envuelve Montessori y Disciplina Positiva: Montessori porque hay que estar pendiente del ambiente y del adulto, y Disciplina Positiva, a la hora de reunirse para discutir soluciones ¡Para mí es la mejor mezcla que hay!

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Alessandra Mosquera
nuestrosmomentosmontessori@gmail.com

Alessandra Mosquera es periodista, asistente Montessori AMI 3 a 12 años y educadora de Disciplina Positiva para famílias y maestros formada por la PDA. Vive en Madrid, España, hace 18 años con su marido Ernesto, su hijo Izan y Moon, su perro Jack Russell. Le encanta pasar las tardes viendo una película con sus chicos con una mantita y un bol de palomitas.

1 Comment
  • Chiopio&Co
    Posted at 15:23h, 15 marzo Responder

    Nos ha encantado este articulo, nuestra peque aun tiene sólo 8 meses asi que es un placer recibir este tipo de información para estar aun mas preparados cuando llegue el momento de involucrarla en las labores domésticas. Muchas gracias Alessandra una vez mas por compartir tus “momentos” y conocimiento con nosotros

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