Cómo ser una madre o un padre Montessori

Muchas veces me dicen: «no sé cómo puedes, no soy capaz de llevar Montessori a casa, para mí es imposible hacerlo». Cuándo pregunto porqué, me contestan: «es que mi hijo me vuelve loca», «es que sencillamente no puedo». ¿Cómo ser una madre o un padre Montessori? No es necesario ser un monge budista. Hoy te contaré cómo llegar a ello.

Cuando empezamos a estudiar Montessori, lo que concluímos, muchas veces, es que todo es una cuestión de senso común. No hay pasos complicados. Lo que sí es difícil es controlar a nosotros mismos, a lo que hemos aprendido desde que éramos niños. Sacar la mochila que llevamos, abrirla y revisar lo que hay allí. Es difícil ser adulto preparado si no conocemos el niño que está dentro de nosotros.

Siempre digo que nunca poderemos dar Montessori a los niños sin dar antes a los adultos. La transformación solo es posible si llegamos al adulto. Y creo que, para que el adulto pueda dejar Montessori entrar en su vida, primero tiene que abrir esa mochila. Volver a ser niño y hacer un estudio muy crítico de todas las ideas que ha recibido de sus padres, abuelos, tios, profesores, jefes, todos los adultos que encontraste al largo de la infancia y la adolescencia.

Maria Montessori siempre decía que es necesario rechazar a la ira y la tiranía para poder llegar al niño de verdad. A veces eso es muy difícil. Ya lo tenemos tan arraigado dentro de nosotros determinados comportamentos, actitudes y discursos, que sale en automático y es difícil controlar.

Somos humanos y seguiremos gritando, es imposible eliminarlo (o quizás, casi imposible). Pero sí podemos entrenar, para que eso no sea la regla y sí la excepción.

Un truco interesante es, en el momento que sientes que darás un grito con tu niño, para. Sal del ambiente, si es posible. Coja una hoja de papel y un boli. Y escriba en este papel cinco características positivas de tu hijo. Por ejemplo: «es amable, generoso, tiene buen humor, le gusta ayudar». Lo que sea. Una vez que tengas esas cinco características apuntadas, lee cada una de ellas. Verás como sentirás más tranquilidad, como volverás a conectarse con él. Y recuerda de decírselas al niño (o a la niña) también. Como decía Montessori: haz visible el positivo, para que desaparezca el negativo. Un niño que está siempre escuchando que es «un bicho», pues eso será. Pero, si le dices que es alegre, que es cooperativo, o que es cariñoso… también lo será.

No te olvides del autocuidado. Puede ser leer un libro, ver una serie, tomar un café, hablar con una amiga, ir a la peluquería… un momento tuyo, en que hagas algo que te guste, te de placer. Hay que cuidarnos para poder cuidar, sino llegamos a un punto de estrés que no será posible la conexión.

Aprovecha los momentos bonitos con tus hijos. Cuando ellos estén, por ejemplo, jugando en su habitación, puedes mirarlos, mas o menos de lejos, sin decir nada, por algunos minutos. Mira cómo ellos cogen los juguetes, si hacen voces, que diálogos inventan para los muñecos. Y recuerda aquel día que aun no era capaz ni de coger una pelota de tan chiquitito que era. Observa como aquel bebé se transformó en un niño tan precioso. El tiempo pasó, y seguirá pasando. Dentro de muy poco, será un adolescente y ya no estará más en el suelo de la habitación jugando con muñecos. Aprovecha cada movimiento, cada voz, y graba en la memória, en tu pequeña cajita de recuerdos que todos tenemos en algun lugar del cerebro.

Estudia, si crees que es necesario. Hay muchos libros de Montessori y de Disciplina Positiva que pueden ayudarte. Te dejo algunos ejemplos:

Este post tiene enlaces afiliados de Amazon. Comprando desde ellos, Nuestros Momentos Montessori llevará una pequeña comisión que no supone un incremiento de precio para ti. ¡Muchas gracias!

El niño el secreto de la infancia – Maria Montessori

La mente absorbente del niÑo – Maria Montessori

«El Niño en Familia» – Maria Montessori

Aprender a Educar – Naomi Aldort

El cerebro del niño: 12 estrategias revolucionarias para cultivar la mente en desarrollo de tu hijo (Fuera de colección) – Daniel J. Siegel

Educar en el asombro  – Catherine L´Ecuyer

Cómo Hablar Para Que Sus Hijos Le Escuchen Y Cómo Escuchar Para Que Sus Hijos Le Hablen (NIÑOS Y ADOLESCENTES) – Adele Faber y Elaine Mazlish

Hermanos, no Rivales – Adele Faber y Elaine Mazlish

Cómo educar con firmeza y cariño – Jane Nelsen

¿Te sientes desbordada? Delega responsabilidades entre todos de la casa. Puedes realizar una reunión familiar y decir como te sientes y que te gustaría que hubiera un reparto de tareas entre todos (sí, todos, incluyendo tu pareja y tú). Los niños pueden arreglar la cama, su habitación, varrer, colocar el lavavajillas, pasar la aspiradora… hacer una división de tareas será bueno para todos, así lo que hay que hacer se hará más rápido y habrá tiempo para estar en família, jugando, paseando, lo que os ocurra.

No te olvides del ambiente preparado. Ambiente preparado no es solo una habitación bonita con estanterías y materiales Montessori, es toda la casa. Observa si es necesario mover algún mueble, si el niño tiene acceso a todo que necesita, si no está alto o bajo demasiado. Está desordenado? Sucio? Tiene muchas cosas acumuladas? Muchos tenemos tendencia a acumular objetos tras alguños años viviendo en una casa y es necesario, de tiempos en tiempos, echar cosas que ya no utilizamos o no significan nada más.

Cuida de tu salud. Es común olvidarnos de nosotras mismas tras ser madres, estamos tan pendientes de los niños que nos dejamos de lado. ¿Hace cuanto tiempo que no vas al ginecólogo o a tu especialista (si tienes alguna enfermedad crónica)? Practica deporte, aunque sea caminar por tu barrio. Cuida de tu alimentación. Ser madre/ padre es una tarea agotadora, vamos siempre haciendo varias cosas a la vez y comiendo cualquier cosa, luego no sabemos porque estamos siempre cansados.

Habla con tu niña interior. Aprovecha la hora de la ducha, o antes de dormir, no sé, un momento en que estés sola. Y habla con ella, la niña que un día fuiste. Ella sigue ahí dentro de ti. Perdónala, si es necesario. O quizás, pídele perdón. Recuerda que era una niña maravillosa, que logró mucho, y lo mejor de todo fue tener un niño. Libera de su carga. Si no puedes hacerlo en un día, que sea en dos. O en tres, en cien… lo que te haga falta, pero no dejes de hacerlo.

Lo más importante, permítate pasarlo bien con tus niños! Siempre!

Si te ha gustado este post, compártalo. Y si tienes algo a decirme, utiliza el espacio de comentarios abajo, me encantará leerte. 

Suscríbete a la newsletter de Nuestros Momentos Montessori y no pederás ningún post y ninguna de nuestras novedades:

Alessandra Mosquera
nuestrosmomentosmontessori@gmail.com

Alessandra Mosquera es periodista, asistente Montessori AMI 3 a 12 años y educadora de Disciplina Positiva para famílias y maestros formada por la PDA. Vive en Madrid, España, hace 18 años con su marido Ernesto, su hijo Izan y Moon, su perro Jack Russell. Le encanta pasar las tardes viendo una película con sus chicos con una mantita y un bol de palomitas.

2 Comments
  • Lidia Rodríguez
    Posted at 13:05h, 03 octubre Responder

    , cuando hay tantas influencias externas. Gracias muchas gracias por ayudarnos compartiendo sus conocimientos y experiencia. Estaría bien que alguna vez se hablara sobre el papel de las abuelas. Gracias., soy una abuela que me he de hacer de canguro se mis tres nietos. He descubierto Montessori he intento aplicarlo todo lo que puedo, por el inmenso amor que se tienen a los nietos y lo dificil de educar en estos tiempos.

    • Alessandra Mosquera
      Posted at 20:35h, 04 octubre Responder

      Muchas gracias Lidia. Que suerte de tus nietos! Mi madre murió cuando mi hijo tenía 6 meses y a mi suegra no le gusta Montessori. Aún así intentaré hablar de las abuelas. Un abrazo.

Post A Comment

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.