Entrevista Nuestros Momentos Montessori con Clara González de Mamilatte

Buenas! Estrenamos mes (y año también, es verdad) y traemos nuestra 7a entrevista Nuestros Momentos Montessori, hoy con Clara González de Mamilatte, que seguro que ya conocéis. Clara es psicóloga, madre de dos niños, guía Montessori y educadora de Disciplina Positiva para familias y profesores. Nos hemos conocido en el curso de asistente AMI y desde entonces vengo acompañando a su trabajo en las redes y por su web, tan bonita y escrita con tanto cariño, Mamilatte.
Esta también es la última entrevista de la serie que empezó en marzo del año pasado. Al total fueron siete entrevistas con maravillosas mujeres que están realizando un trabajo fenomenal de llevar una nueva forma de educar a las familias y profesores en España. Fue una experiencia muy bonita, pero la sesión mensual, como estaba funcionando hasta ahora, termina aquí. Quizás en un futuro vuelva a compartir el espacio con otro entrevistad@, pero por ahora esta es la última. Así que espero que la aprovechéis bien!

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Foto: Mamilatte


Como Clara dice en su blog, lo que ella cuenta en su web y transmite en sus cursos es lo que vive con sus hijos, con la intención de ayudar a las familias a desfrutar de la crianza de sus hijos. Ella también ha estado en el Congreso Online Montessori 2018 hablando sobre alimentación y Montessori. Guia Montessori de 0 a 6 años, Clara también presta asesoría a entidades y a familias, para temas como post parto, lactancia, gestión de rabietas, asesoramiento sobre BLW, conflictos entre hermanos y otros temas relacionados con la crianza.
Os dejo con la entrevista, que seguro que les encantará y hará reflexionar sobre la infancia.
1. Hola Clara, muchas gracias en aceptar mi invitación y concedernos tu
tiempo para esta entrevista de Nuestros Momentos Montessori. Me gustaría que
nos contaras cómo Montessori entró en tu vida, cómo la has descubierto y por qué
te encantó.
Descubrí Montessori en la Facultad mientras estudiaba psicología, hace 12 años. Mi
trayectoria profesional ha estado siempre relacionada con la orientación pedagógica
trabajando con niños, adolescentes y adultos. En todos los casos que atendí durante 8
años pude observar las carencias con las que crecemos como personas y que afectan a
nuestra personalidad. Eso me planteaba cómo estábamos educando a los niños para que
se convirtieran en adolescentes y adultos con falta de conocimiento y estima de sí
mismos y con muchos problemas para definir su camino en el mundo.
Hace 6 años la vida me puso delante de un grupo de adolescentes en una situación social
y personal muy complicada, personas por las que nadie apostaba. Trabajar con ellos fue
muy intenso en todos los sentidos, fue una experiencia enriquecedora que movió todos
los cimientos de mi bagaje profesional, bajar a su mundo y tratarlos con respeto me
mostró las potenciales del niño y su secreto. Pude vivenciar cómo un ambiente
psicológico basado en el respeto todo lo puede. Esa valiosa experiencia, junto con
temporada en Francia conociendo una escuela Montessori me acercó en profundidad al
método Montessori y a partir de ahí decidí formarme de manera formal como Guía
Montessori.
Actualmente desde hace 5 años atiendo consultas presenciales y online sobre educación
y crianza, y realiza formaciones y asesoramiento psicopedagógico a familias y a
escuelas, también escribo en mi web www.mamilatte.com y en las redes sociales. Cada día que pasa trabajando con la pedagogía Montessori me fascina más que el anterior.

2. Eres mamá de dos niños pequeños. ¿Crees que Montessori puede ayudar a
una madre a educar a dos hermanos de edades tan próximas, y en una etapa que te
pide tanto, como en los 3 primeros años ¿De que manera?
Cuando guías la educación de más de un niño, bien en a familia o en la escuela
Montessori lo que te da la posibilidad de valorar a cada individuo como ser único, y
especial con sus características e intereses propios. Creo que uno de los puntos más
fuertes es que esa actitud libre de comparaciones, juicios y expectativas te permite ver a
cada niño en lo más profundo de sí y por tanto poder acompañar a cada uno en sus
necesidades reales.
Yo soy madre de dos hijos en plena mente absorbente, ellos están en dos planos
distintos de desarrollo y esto hace mi labor aún más retadora. Mi hijo pequeño es menor
está a punto de cumplir 2 años y mi hija mayor tiene 4 y medio. Ambos están
acompañado por mí en su educación, quiero decir que no están institucionalizado
formalmente. Esta mezcla de estadios de desarrollo hace que sea un trabajo intenso
porque las necesidades y sensibilidades de cada una de las etapas son bien distintas pese
a tener un fundamento similar. Como adulto es importante tener esto claro a la hora de
poder organizar con cuidado y pulcritud el ambiente preparado para que todo fluya.
Una de las cosas más maravillosas que observo y que me regala esta situación personal
es ver cómo surge el espíritu social de comunidad familiar. Es vibrante observar cómo mi hija mayor trata a su hermano, desplegando habilidades de cómo es y cómo ha sido
tratada. Se convierte a cada instante en una pequeña guía Montessori modelando
muchos movimientos, comportamientos y emociones y te das cuenta de lo pequeño que
eres como adulto y de la senda caminada.
Esta heterogeneidad en cuanto a edades favorece que mi hijo pequeño, ávido en sus
sentidos, observe con total atención a su pequeña maestra y siga su ejemplo y para ella
supone una gran capacitación y práctica de su sentido de responsabilidad sobre otro ser
humano.
Otro punto realmente valioso para mí es poder vivenciar en directo y en tiempo real las
conexiones entre la mente absorbente inconsciente (0-3 años) y consciente (3-6 años).
Poder ver los anclajes Montessori en cuanto a los materiales y actividades de
comunidad infantil y casa de niños, es precioso.
Sin duda lo más alentador para mí de ser guía Montessori de más de un niño es que mis
hijos me muestran cada día que ellos son sus propios maestros y me mantienen en el
lugar que debo estar: acompañando sin interrumpir.

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Foto: Mamilatte


3. Eres también educadora de Disciplina Positiva. En tus cursos para familias, qué
observas que los padres y madres más tienen dificultad de lidiar en la crianza de
sus hijos? Y qué les dices, o que recomendaciones les das para poder ayudarles?
Sí, hace ya más de tres años paralelamente a mi formación como Guía me certifiqué
como educadora en Disciplina Positiva para familias y escuelas, actualmente estoy en
proceso de ser Entrenadora.
En estos años realizando acompañamiento y formación a familias y educadores una de
las dificultades más grandes que observo es el gran peso que tiene la educación que han
recibido cómo niños. Esta mochila está cargada al límite de sus posibilidades de
“piedras del pasado”, esto significa que cuando quieren acompañar a los niños en la
educación, sobre todo en los grandes retos que supone la primera infancia por sus
intensidad emocional, en el 90% de los casos sale el niño interior a escena, con sus
penas y sus glorias. En esos momentos se despliega el piloto automático que llevamos
dentro y que generalmente tiene que ver con maneras poco respetuosas con un mismo y
con el niño apareciendo el choque y la culpa.
Es normal que cuando hablamos de aprender nuevas habilidades interpersonales el
proceso sea lento e irregular, un proceso de idas y venidas, pero es obvio que no se
puede realizar si la persona no tiene la voluntad de soltar amarras y dejar salir esas
piedras para incorporar otras maneras de hacer diferentes. Lo decía Einstein: “Si buscas
resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.
La misión de un educador de Disciplina Positiva no es convencer a nadie, ni dar un
listado de herramientas que puedan usar como una quiniela e ir apagando fuegos a
diestro y siniestro.
A las familias y profesionales a los que oriento y formo no les digo nada, ni les doy una
recomendación magistral sería un atrevimiento y una prepotencia por mi parte y una
responsabilidad que no me toca. Cada uno debe ser dueño de sí mismo. En mis talleres presenciales y online pasamos a la acción, mi papel es dejarles la migas
para que vivencien en sus zapatos ciertas situaciones, poner a su disposición el vivirlo
desde uno mismo y reflexionar. Es allí donde la persona encuentra su propia la luz, ese
destello de claridad que le permite seguir su camino y encontrar las respuestas a sus
preguntas, porque éstas no están en mí ni en nadie, residen en lo más hondo de cada uno
y no son iguales para todos. Mi misión tan sólo es ayudarte a hacerlas salir.
Así es la persona única y genuina absolutamente, la que con su personalidad, su
idiosincrasia y su situación la que puede hacer el proceso por sí misma y estará
preparada para poner en marcha primer la actitud hacia los seres humanos y hacía sí
misma y luego desde ese primer trabajo personal poder empezar a poner en práctica las
herramientas más adecuadas en su tesitura, y en cada momento concreto. Es apasionante ver como todos estamos en disposición de conseguirlo, se puede.
4. Sigmund Freud dijo a Maria Montessori: «si todos estudiasen en un colegio
Montessori, mi trabajo no seria necesario». Cómo psicóloga, crees que Montessori
podría de verdad evitar (o quizás a ayudar) muchas dolencias de la alma del ser
humano? Crees que la humanidad necesita Montessori?
Freud y María Montessori fueron contemporáneos, sus filosofías de base tienen unas
raíces metodológicas muy diferenciadas. No obstante, sin entrar en las particularidades
de corriente psicoanalítica, lo que puedo compartir como psicóloga es que los datos que
tenemos en cuanto a trastornos psicológicos infantiles y utilización de psicofármacos en
la infancia española y mundial es realmente alarmante. Esto tan sólo nos dice que hay algo en la educación que no estamos gestionando bien, las causas son múltiples. Si nos acercamos a la pedagogía Montessori buscando soluciones hallaremos la clave en el respeto a las leyes de la naturaleza humana y a la necesidad de dar al niño un ambiente sumamente cuidado y una respuesta contingente a las necesidades sociales y emocionales que presenta en cada momento que le convierte en un individuo con apego seguro, de personalidad fuerte, independiente y sana. El siglo XXI tiene muchas ventajas tecnológicas, y sociales pero la gran mayoría hacen que el niño pase a un segundo plano, los adultos que deben estar a su cuidado tenemos la cabeza en mil asuntos, todo es importante y acuciante para nosotros y eso repercute de manera involuntaria en que la infancia quede tocada. El trabajo nos absorbe, las bajas maternales son irrisorias y los adultos en general han perdido la esencia de lo pequeño y estén inmersos en la abundancia y en otras cuestiones pasando la infancia quedarse en tierra de nadie.
Hoy en día destacamos por tener una infancia sobreestimulada, con poca conexión y
referentes adultos y con muchas referencias virtuales y alejadas de la realidad, con
escaso contacto con el medio natural, con baja capacidad de asombro y atención.
Podemos ver dos corrientes educativas, los padres o maestros helicópteros que rescatan
a los niños ante cualquier mínima frustración y aquellos otros que queriendo ser más
progresistas caen en un libertinaje sin normas. Ambas caras de la balanza son
extremadamente peligrosas y están poniendo su granito de arena en esta situación.Todo esto no es un asunto trivial, las noticias nos enseñan verdaderas atrocidades que
están llevando a cabo los seres humanos con el mismo ser humano (niños, adolescentes
y adultos). Guerras, asesinatos, maltratos, bullying, mobing, violaciones, insultos,
castigos, amenazas… y esto es un dato tremendo. A mí me escandaliza con la facilidad
con la que son insultados y pegados los niños en nuestro país, pienso cómo están de
removidos los niños del pasado (adultos) para hacer esto y qué estamos sembrando
cuando tratamos así a los más pequeños, qué están aprendiendo en su manera de
comportarse. Considero que es prioritario que la sociedad y los principales estamentos de ella nos ocupemos de este asunto ya. Retomemos el rumbo de una educación sana y de calidad desde el hogar hasta la escuela. Esto es algo que no pueden hacer otros, no podemos esperar sentados a que alguien mueva ficha, porque si estás leyendo esto el cambio comienza en ti desde el minuto cero: ¡hazlo!

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Foto: Mamilatte



5. Cual crees que es el gran obstáculo que tenemos, como adultos, de llevar
Montessori a nuestros hijos? Y acreditas que es posible vencerlo?
El obstáculo principal somos nosotros mismos, nosotros somos quienes nos ponemos de
manera constante nuestras propias barreras. Nos pueden las justificaciones, los “es que”
y los “pero” y para aplicar Montessori se necesita confianza en uno mismo y en el niño,
así como la determinación de ponerse en marcha sin más dilación.
Observo diariamente como se usa Montessori de una manera equivocada, como si se
tratase de un copyright abanderado por muebles bonitos que se llaman “Montessori”,
llegan oleadas de personas atraídas por los materiales o que categorizan cualquier
juguete de madera como juguete Montessori. Montessori no es nada de eso, detrás de la
pedagogía hay unos fundamentos muy profundos que si no se tienen lo demás no cobra
sentido ni tan siquiera es funcional. La principal cuestión que suscita una complicación a la llevar Montessori a la práctica es falta de confianza en el niño. La tónica general es que el adulto se sitúa posición de poder respecto al niño, tratándolo siempre como un ser inferior al que hay que enseñar. El adulto hace por él algo que él puede hacer por sí mismo, o lo trata como una cosa en lugar de una persona y así le traslada un mensaje de ser incapaz de manera reincidente. Para poder llevar Montessori a nuestro niños debemos ponernos a un lado y ser capaces de observar el maestro interior que llevan dentro y darles los medios adecuados para que realicen sus conquistas de autonomía. Cuando nosotros nos convertimos en el obstáculo por antonomasia, el niño no puede tener un desarrollo sano. Lo único que aprende es el arte de la guerra, ya que indirectamente lo estamos entrenando a la lucha con nosotros y con ellos mismos, que tienen que doblegarse a su sed de ser un individuo independiente y renunciar de ocuparse de sí mismo.
Decía María Montessori que es mucho más fácil dar de comer, peinar y vestir a un niño
que acompañarle a que coma, se peine y se vista por sí mismo, y ahí radica el quiz de la
cuestión. Para ser un guía o educador Montessori hay que tener paciencia y humildad, es
algo que una persona que está aprendiendo algo nuevo necesita. Se trata de saber
alentar sus pequeñas conquistas, y guardar nuestra ira y nuestro orgullo en un cajón. El camino del adulto para ponerse en situación Montessori no es plano, no es
instantáneo ni está lleno de florecillas. Es un sendero escarpado, dónde lo apasionante
es cómo das cada paso y observar la belleza de la cima. El culmen no es llegar a elle,
sino que lo retador y emocionante es disfrutar de la travesía y sus aprendizajes, merece
la pena echar a andar de esta manera. Al mismo tiempo debemos abrazar nuestros errores y los de los niños como excelentes oportunidades para aprender. También hay que parar de corregirles y valorar sus pequeños pasos a la perfección. Debemos cesar de culparnos por no ser los padres o los maestros perfectos, ¿quién lo quiere ser?, ¿cuál es ese objetivo? Mostrar a los niños el valor de la imperfección es el camino para el avance.
Quien está al lado de un niño tiene la butaca del mejor y mayor espectáculo del
universo, tiene un regalo en sus manos, el de descubrir el secreto de la infancia y de
nuestra especie. Como adulto tienes la gran oportunidad de vivir de nuevo todas las
primeras veces y reencontrarte y reconciliarte con tu niño interior. Déjate llevar por lo
que vas a ver a través de los ojos del niño, mira el mundo desde allí, con esa misma
inocencia y ese mismo asombro. Desde ese lugar no sólo vas a poder cooperar mejor
con el niño, sino que vas a poder descubrirte a ti mismo y encontrar tu lugar en este
mundo. Esto te va a revertir beneficiosamente en todas las facetas de tu vida. Te animo
a descubrirlo, puedes hacerlo.
Muchísimas gracias Clara por esta entrevista, ha sido un placer! Deseamos desde Nuestros Momentos Montessori muchísmo éxito en tu trabajo!
Que te ha parecido la entrevista con Clara? Muy interesante, verdad? Sus palabras me hicieron reflexionar mucho. Cuéntame en comentarios, y si te ha gustado este post, no olvides de compartirlo con tus amigos en las redes sociales.

Alessandra Mosquera
nuestrosmomentosmontessori@gmail.com

Alessandra Mosquera es periodista, asistente Montessori AMI 3 a 12 años y educadora de Disciplina Positiva para famílias y maestros formada por la PDA. Vive en Madrid, España, hace 18 años con su marido Ernesto, su hijo Izan y Moon, su perro Jack Russell. Le encanta pasar las tardes viendo una película con sus chicos con una mantita y un bol de palomitas.

3 Comments
  • Verónica
    Posted at 21:14h, 08 enero Responder

    Muy buena la entrevista, sobre todo por la claridad en los conceptos y los desafíos que nos muestra los adultos por delante.

  • Cristina Queralt Salat
    Posted at 22:16h, 10 enero Responder

    És un placer leer a Clara! Muchas gracias por esta entrevista.

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