La observación en Montessori: cómo, cuándo y por qué

Si llevas un tiempo estudiando Montessori ya sabrás que la observación es una de las prácticas más importantes (sino es la más importante) en esta filosofía. Sin observación, no hay montessori, se suele decir, y es verdad. Hoy explicaré qué es la observación en montessori, cómo hacerla con tu hijo en casa, cuándo y por qué es tan necesaria.
María Montessori llegó a todas sus conclusiones por medio de la observación científica. Ella no hacia experimentos con los niños, ella les dejaba libres y los observaba de lejos, atenta a cada detalle de lo que hacían y de lo que dejaban de hacer, para así formar sus conclusiones sobre el espíritu infantil. Cuando nos formamos como asistentes y guías montessori, nos enseñan cómo hacer la observación en aula, y hay toda una técnica que es importante seguir. En casa, con nuestros hijos, no es necesario tanto formalismo pero sí es importante cumplir con sus pautas principales.
Lo primero que te aconsejo es comprar un cuaderno pequeño, bonito, que te guste mucho. No vale el más barato del mercadillo. Por que? Porque es importante que lo asocie a un cuaderno especial, distinto de los demás, uno que te de ganas de coger, de manosear y escribir. Es el cuaderno dónde apuntarás las observaciones de tu hijo/ hija, es un objeto especial. Lo mismo vale para el bolígrafo que utilizarás para escribir, es recomendable que sea uno que te guste mucho, de escrita suave, para que sientas placer mientras escribas. A principio, puede parecer una tontería, pero no lo es.
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Estos son mi cuaderno y mi boli de observación que utilizo con Izan desde que él tenía 3 años y medio. Todavía no sabía cómo observar y apuntaba cosas como «lo que le gusta y lo que no le gusta», «con qué juguetes juega y con cuales no», no es así exactamente que se observa en montessori pero todavía no había hecho el curso AMI y mi preocupación era observar, de alguna manera, pero hacerlo. Los errores nos llevan al acierto, y como dicen los americanos, «done is better than perfect» (hecho es mejor que perfecto).
Una vez que tengamos el material, entonces es hora de colocar las manos a la obra. Lo ideal es observar todos los días, unos 10 minutos como poco. No es aconsejable observar una hora sin parar, por ejemplo, y solo retomarlo dentro de una semana. Hay que ser constante, hacerlo un hábito, y es mejor que sea por pocos minutos, pero todos los días, que muchos minutos, u horas, pero de forma esporadica.
En mi curso AMI aprendí que tenemos que apuntar a principio la fecha, la hora, el local donde estamos, como está el tiempo (si hace frío o calor) y como nos sentimos, física y animicamente. En casa no es necesario tantos detalles, pero sí recomiendo colocar la fecha, si escribimos por la mañana, tarde o noche (para saber si el niño ya ha vuelto del colegio, si está cansado, por ejemplo) y cómo nos sentimos este día. Es importante registrar cómo nos sentimos porque eso irá a influir en nuestra manera de observar, con el pasar del tiempo, notarás cómo cuando estás tranquila, descansada, con ganas, lograrás observar mucho más detalles. Y, por supuesto, si no estamos muy bien la observación podrá resultar más pobre.
Puedes eligir el momento que quieras para observar a tu hijo. Puede ser cuándo él esté jugando, si está comiendo, si está realizando una actividad, si está limpiando, incluso si está durmiendo. Eso será como tú quieras. Lo importante es que estés cerca de él, pero que no le moleste, que no llames la atención porque es muy importante no interrumpir lo que el niño está haciendo en este momento. Tienes de ser como una planta, o un fantasma, estar allí pero no ser vista.
No puedes hablarle. Estarás los diez minutos sentada, en silencio, solamente mirándole y escuchándole. Caso él te pregunte «mami, que haces?», entonces le contestas: «estoy observándote». Nada más. Intenta cortar la conversación lo más rápido posible, para que él vuelva a hacer lo que estaba haciendo. Si notas que el niño ya fue interrumpido y no logra retomar a la actividad, levántate y prueba a repetir en otro momento.
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Una vez que estamos sentadas y listas, ¿qué tenemos de observar exactamente? Pues todo. Por ejemplo, digamos que decides observar a tu niño sentado a una mesa escribiendo. Tienes de apuntar cómo está sentado, si está recto o si está con el cuerpo torcido, si utiliza la mano izquierda o derecha, si agarra el lápiz con las puntas de los dedos o cómo, si pone fuerza al escribir contra el papel, si está en silencio mientras escribe o si canta, por ejemplo (y si canta, qué exactamente canta y si lo hace bajito o alto), si escribe palabras o si está dibujando, si hace movimientos rápidos y precisos o si son más lentos… es decir: tienes de describir exactamente lo que estás viendo, con el mayor número de detalles posible. Mi formadora decía: imagina que escribes para un marciano. Para alguien que no sabe qué es un niño escribiendo sentado a una mesa. Cuanto más detalles, mejor.
Tras los diez minutos de observación (lo de los diez minutos es un ejemplo, puede ser un poco más o un poco menos), entonces termine la observación escribiendo: «fin de observación – hora x». Y te levantas, en silencio, y sales. Sin decirle nada, para no interrumpirle.
Con la práctica, cuando ya hayas observado unas tantas veces, puedes un día coger tu cuaderno y  leer lo que has escrito para sacar las conclusiones. Puede que, por ejemplo, observarás que tu hijo tiene dificultades para escribir pero con el pasar del tiempo su técnica fue progresando (o no), puede que llegues a la conclusión que cuando él escribe cantando es más productivo (o no). Sacarás las conclusiones necesarias para ayudar a tu hijo en el momento de proponerle actividades, materiales, o sencillamente para conocerlo mejor.
La observación es necesaria para conocer al niño, saber en que periodo sensible está, saber que dificultades tiene, que le gusta más, a que está preparado… en otras palabras, sirve para conocerle, de una manera objetiva y sin prejuicios.A partir del momento que le conocemos, podemos ayudarle mejor a vencer sus dificuldades y a ser más feliz.
Tú ya sabias cómo observar? Tienes el habito de observar a tu hijo? Que te parece esta práctica? Espero tus comentarios abajo! Y si crees que este post puede ser interesante a tus amigos, no olvides de compartirlo en las redes sociales.
Antes de terminar, quería contaros que Madresfera ya ha nominado los blogs para sus Premio Mejores Blogs de 2017 y Nuestros Momentos Montessori está nominado en la categoría Educación. Es un gran honor estar compitiendo al lado de bloggers tan buenas y que sigo hace tanto! Sientóme muy ilusionada! Me gustaría pediros un favor, si crees que alguna vez te he ayudado, si te gusta el blog, ¿puedes darme tu voto? Es fácil y rápido, solo tienes de pinchar aquí.
Muchísimas gracias! Que tengas un fin de semana increíble con tu familia!

Alessandra Mosquera
nuestrosmomentosmontessori@gmail.com

Alessandra Mosquera es periodista, asistente Montessori AMI 3 a 12 años y educadora de Disciplina Positiva para famílias y maestros formada por la PDA. Vive en Madrid, España, hace 18 años con su marido Ernesto, su hijo Izan y Moon, su perro Jack Russell. Le encanta pasar las tardes viendo una película con sus chicos con una mantita y un bol de palomitas.

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