niño usando regla sobre un cuaderno trazando rectas

…Y mas un curso se termina.

Las clases de Izan han terminado hace casi una semana y él pasó a cuarto de primaria (ufff!!). Tercero fue, sin duda, el peor año escolar hasta el momento, no fue para nada fácil. Ahora que estamos de vacaciones y tranquilos con más una etapa que se encierra, es hora de hacer balance, y hoy el post será un desahogo lleno de reflexiones sobre los tres primeros años de Primaria en un colegio tradicional, Montessori en casa etc.

No sé por donde empezar… si me sigues desde que el blog empezó, en abril de 2016, ya sabrás toda la lucha que llevamos con Izan por su eterno rótulo de «niño inmaduro». Él casi repite Primero de Primaria porque no lograba acompañar la clase por el tema de la lectoescritura, incluso se levantó la hipótesis de que podría ser disléxico.

Pasamos Primero trabajando junto a una logopeda privada super cariñosa que ayudó muchísimo a Izan y que tenemos mucha gratitud. Izan mejoró mucho con ella, y gracias a sus esfuerzos (siempre fue un niño muy trabajador, todos los profesores siempre nos dicen lo mismo) él logró pasar a Segundo, que fue un poco más tranquilo, pero aún con sus dificultades en Lengua.

En Tercero, nuevo tutor y nuevas dificultades

Al llegar a Tercero nos ha tocado un nuevo tutor, que no nos recomendó seguir con la logopeda, así que interrumpimos el trabajo con ella. Izan siguió avanzando mucho este año y hasta me cuesta creer que él es el mismo chico de dos años atrás cuando le escucho leer… pero todavía no está en el mismo patamar que sus compañeros.

Las notas en Lengua este año fueron mejores que los dos años anteriores, a pesar que su tutor nos ha pedido que insista mucho con la lectura con él, porque es uno de los chicos que leen más despacio en su clase y acaba afectando su comprehensión lectora, y, por consecuencia, él es pésimo haciendo problemas de matemáticas por eso.

Este año nuestra cruz ha sido las matemáticas. Fue el año en que él aprendió las tablas de multiplicar, las multiplicaciones y divisiones, y llegaba de clase con muchísimos deberes «para reforzar porque va muy mal», además de los deberes de sociales, lengua… y los exámenes, que llegaron a ser diarios, a veces dos al día (eso puede ser normal para un chico de bachillerato pero en primaria me parece demasiado).

El resultado fue que afectó nuestro ambiente familiar y muchas veces discutimos con Izan, le gritamos, algunas veces él llegó a desplomarse sobre los libros llorando diciendo «es muy dificil, es muy dificil» y mi rabia hacia el sistema tradicional aumentó mucho, pero que vamos a hacer? No tenemos otra elección y la única cosa que podríamos hacer era contar hasta mil, pedir perdón y volver a trabajar.

Fue también el año en que él empezó a olvidarse de sus obligaciones en el colegio, muchas veces no sabía decirnos que deberes tenía, que exámen tenía… como siempre deja los libros en clase, tenía que traer los libros necesarios para estudiar para los exámenes pero los olvidaba, y por eso muchas veces sacó notas muy bajas.

Intenté colocarle listas para recordarse de sus obligaciones, pero fue como colocar un dibujo en la pared porque las ignoraba totalmente; le dije para escribir en la mano para no olvidarse del libro, pero creo que solo me hizo caso una vez. Fue agotador. Mi marido discutía con él y solo empeoraba.

Las evaluaciones

Mi marido y yo estábamos desesperados y sin saber qué hacer. Empecé a buscar en Internet información sobre dislexia, TDA, Altas Capacidades… estaba segura que Izan tenía TDA porque él se encajaba perfecto en las descripciones que leía en las webs especializadas. Conversando con un psicólogo amigo nuestro, éste cogitó que quizás Izan tenía Altas Capacidades.

Conversamos con el departamento psicopedagógico del colegio, pero lo único que hicieron fue dar una hoja con algunos especialistas que conocían para que buscáramos ayuda y quizás evaluar a Izan. Al final fue lo que hicimos.

La conclusión de la evaluación es que Izan no tiene TDA y tampoco AACC, aunque sí tiene un CI superior a la media de los niños de su edad. Tener los «veredictos» sirvieron para que nosotros nos tranquilizáramos, pero siguió todo igual.

Lo único que nos ayudó fue establecer una rutina, de llegar del colegio e ir directamente hacer los deberes y ya repasar la agenda para verificar si había exámenes. No nos gustaba ser tan tajantes con Izan y muchas veces sentía pena de él, ya cansado del colegio, y tener que hacer los deberes luego al entrar en casa, pero es que no hubo otra manera. No fue la solución mágica, porque él siguió olvidandóse de algunos deberes, de traer libros para estudiar, pero mejoró un poco.

Al final no hay escapatoria, la escuela tradicional es como es. Tienes de abrazarla para evitar que tu hijo sufra, no queda otra. Las actividades Montessori casi han desaparecido en casa porque él estaba muy cansado con tantos deberes y exámenes, y nosotros también, es verdad. En mi trabajo también pasé por algunas circunstancias que me impidieron de dedicarme más a Montessori en casa.

Montessori en casa este año: menos, y más dirigida

Las pocas actividades que hicimos fueron totalmente dirigidas y teniendo el colegio como base, es decir, si él estaba aprendiendo los países de Europa pues usamos el mapa Montessori de Europa para repasar, si estaba aprendiendo las tablas pues usamos la Tabla de Pitágoras y así por delante.

Antes, las actividades Montessori eran más lúdicas en casa, eran propuestas tras observación para captar el interés del momento, más slow… este año usamos los materiales Montessori como materiales de apoyo de verdad, y si por un lado no me senti bien haciendólo, por otro senti que era al menos una manera más sensorial para que Izan comprendiera algunos conceptos.

Mi intención es que, al largo del verano, volvamos a recuperar el lado lúdico de antes al realizar las actividades porque acredito que así el niño aprende mejor, le llega más a la emoción y no la toma como una manera más de hacer deberes.

Al final del año intentamos cambiar a Izan para otro colegio más cerca de casa y con una metodologia de ensino más similar a sus intereses y a su manera de aprender, pero no fue posible porque no nos dieron plaza (por la tercera vez). Fue una decepción enorme para mí, para Izan no mucho porque, apesar que él estaba de acuerdo en cambiar de cole, la daba un poco igual.

Entonces para el año que viene continuaremos en el mismo colegio y a ver que pasará de esta vez, porque parece que a cada año tenemos un estrés distinto que vivir… Me gustaría mucho que hubiera más individualización y menos uniformización, que hubiera más búsqueda por amar la curiosidad y a aprender y menos a memorizar, a vomitar contenidos… pero…

A cada año que pasa más segura estoy de que mi hijo depende de nosotros como sus padres para continuar aprendiendo de verdad – no me refiero a memorizar contenidos de libros, me refiero a aprender de verdad, a no perder su curiosidad natural y a ser autodidacta, porque el sistema educativo no está preocupado con los niños, por eso si queremos que nuestros hijos amen a la ciencia, a la cultura, a las artes, el ejemplo tiene que venir de nosotros. Nos toca visitar muchos museos, leer muchos libros, observar a muchos insectos y rocas y pintar con acuarela y a modelar como si no hubiera mañana.

Menos mal que tengo a este blog y a vosotras del otro lado de la pantalla para compartir todo eso! Muchas gracias de corazón por leerme, compartir mis posts, por dejar comentarios… porque es un camino muy, pero que muy solitario.

Bueno, ahora a aprovechar el verano! Hasta la próxima!

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Alessandra Mosquera
nuestrosmomentosmontessori@gmail.com

Alessandra Mosquera es periodista, asistente Montessori AMI 3 a 12 años y educadora de Disciplina Positiva para famílias y maestros formada por la PDA. Vive en Madrid, España, hace 18 años con su marido Ernesto, su hijo Izan y Moon, su perro Jack Russell. Le encanta pasar las tardes viendo una película con sus chicos con una mantita y un bol de palomitas.

6 Comments
  • Silvia Alonso
    Posted at 23:51h, 27 junio Responder

    Mucho ánimo guapísima. Seguro que el año que viene irá mejor. Tiene lo más importante, unos padres que se preocupan por él (a pesar de que alguna vez perdáis los nervios, no os preocupéis). Seguro que consigue todo lo que se propone en la vida. Es listo y os tiene a su lado.

    • Alessandra Mosquera
      Posted at 00:11h, 28 junio Responder

      Muchas gracias Silvia! Es muy difícil, sí… Y sé que no es culpa suya, es ese maldito sistema… Un abrazo!

  • Maria
    Posted at 00:43h, 28 junio Responder

    Totalmente de acuerdo! Yo por ahora tengo la suerte de que a mis hijos «se les da bien» el sistema tradicional. El mayor sólo es un poco despistado con los deberes, y no trae demasiados. Si tuviera muchos deberes, a diario y le costara trabajo hacerlos nuestra vida familiar se vería seriamente afectada. Yo tampoco tengo mucho tiempo de hacer actividades montessori, y tb intento que estén relacionados con el colegio. Dificultad añadida: son 2, con 2 temarios muy distintos, con intereses tb distintos….
    Nosotros tb queremos buscar otro colegio , pero la logística seria muy complicada. seguiremos intentándolo !! Gracias por compartir tu experiencia

  • dondenaceelarcoiris
    Posted at 17:37h, 29 junio Responder

    Ánimo, aunque es muy difícil cambiar el sistema algunos maestros estamos en ello aunque el propio currículum te obliga a un sistema en el que lo más importante es la evaluación y no el proceso de aprendizaje, es una pena.

  • Maria
    Posted at 23:27h, 30 junio Responder

    Mucho ánimo Alessandra, a descansar este veranito y a empezar el curso que viene con ganas, seguro que irá mejor y lo más importante que él se sienta apoyado por ti y su padre. Un beso enorme para Izan y sobre todo para tí

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