05 Ago Nuestra visita al Museo Thyssen
Esta semana Izan y yo hicimos una visita al Museo Thyssen Bornemisza. Fue nuestra segunda vez, el año pasado ya habíamos ido y la verdad es que quería probar el Reina Sofia pero Izan dijo, ya en la calle, de camino al museo, que prefería ir al mismo de antes. «Quiero ver los mismos cuadros, mami». Pues nada, sus deseos son órdenes, ¡así que fuimos!
La verdad es que me ha gustado que él dijera eso. Primero porque me gusta más el Thyssen, jejeje. Y segundo porque nuestra primera visita no fue muy buena, él se aburrió muy rápido y no aprovechó muy bien. La culpa fue mía porque empezamos por la segunda planta, y tenía de haber sido por la primera, donde están los impresionistas y las obras son mucho más interesantes para un niño, pienso yo.
Cómo fue nuestra visita al museo Thyssen
Empezamos por la primera planta. Esta segunda oportunidad al museo Thyssen de parte de Izan fue mucho mejor, porque había muchos cuadros de paisajes, que a él le gusta, entonces no fue como la primera vez en que vio tres cuadros y pidió para volver a casa.
Como ya imaginaba, a él le gustó los impresionistas. En mi opinión, presentar el arte impresionista a un niño pequeño es un buen principio, porque hay muchos paisajes y escenas naturales, algo que está más relacionado con su mundo, y por eso les llama más la atención.
En seguida él cogió su bloc de dibujo (lo tenía en mi bolso), sus ceras y se puso a dibujar, inspirado por las obras maestras.
El primer dibujo que hizo fue la clásica batalla entre dinosaurios y ya estaba con miedo de que la cosa no funcionaría, cuando encontramos este:
Como había un perro, luego pensé que interesaría a Izan, y no me equivoqué. Él quiso dibujar la obra y así le ha quedado. Pido perdón por la calidad de la imagen, que no es de las mejores… todavía estoy conociendo mi nuevo móvil.
Aconsejo mucho a los padres que desean llevar sus hijos a los museos que lleven un bloc y unas ceras para que ellos puedan dibujar las obras expuestas. Es la mejor manera de acercar los niños a las artes. Nadie se quejó de que Izan estaba ocupando los bancos para eso. En algunas salas he notado que el funcionario de seguridad miraba al niño con un algo de recelo, tal vez con miedo de que él se pusiera a gritar, a correr o a dañar las obras, pero Izan se comportó muy bien. Le dije, en el momento de enseñar las entradas, que en el museo no se grita y no se corre, es como la biblioteca. Y él lo respetó totalmente.
Izan dijo que esta fue su obra favorita, «Casas junto al río. La ciudad vieja». Para ser sincera, yo pasaba reto de esta obra, no me llama nada. Me parece muy gris y triste. Pero nadie critica los gustos de los demás, no?
Y aquí está su representación de la obra:
A mí me encantó como él plasmó esta obra de Toulouse-Lautrec:
«Mañana de Pascua» de Caspar David Friedrich para Izan:
Una señora que se sentó a su lado para descansar un poco, al verle dibujar, me dijo: «cómo dibuja! Este va competir con los artistas!», y sonreí. La verdad es que su carita de concentración delante de la obra a «copiar» era muy bonita.
El Museo Thyssen para niños
En el museo hay un departamento muy interesante para los niños: el Área de Educación del Museo Thyssen-Bornemisza, una iniciativa para acercar los niños al arte. Nosotros no hemos probado aun pero quiero hacerlo muy en breve. En uno de los cursos Montessori que hice conocí a una mamá muy bella que trabaja justamente allí (hola, E.!) y me entraron ganas de llevar a Izan.
Para finalizar, dejo algunos consejos que ya había visto en el blog Beatriz Millán, que fueron muy útiles para nosotros. Y refuerzo con nuestra experiencia:
- hable con el niño antes de la visita adónde irá y lo que verá. No hace falta darle una clase de arte y explicar todos los movimientos y pintores. A Izan le dije: «iremos al museo de arte, ver pinturas muy bonitas de muchos artistas para ver como ellos veían el mundo, como tú haces cuando pintas».
- programe su visita, entre en la página web del museo, busca información si hay servicio para niños, horarios, si la entrada es gratis, como están distribuidas las obras y elija lo que desea ver primero con tu hijo. Es mejor dar preferencia a obras de paisajes, animales, niños, en fin, a lo que es más cercano a tu hijo.
- Lleva en tu bolso, a parte del bloc y de las ceras, una botella de agua por si tiene sed. No lleve comida para hacer merienda porque no está permitido entrar con alimentos en muchos museos.
- Lleve el niño alimentado, con ropa cómoda. Recuerda que el aire acondicionado estará a tope y es bueno llevar una rebeca (Izan es muy caluroso y no necesitó pero puede que tu hijo sí).
- Una vez delante de las obras, hable con tu hijo. Pregúntele lo que está viendo, que está representado en la obra, que le parece, como el artista usó los colores, si las pinceladas eran fuertes… no es necesario hablarle sobre la perspectiva o la luz, pero que ya empiece a aprender a ver la obra es interesante.
- Respeto es fundamental. A lo mejor no le gustará la obra que a ti más te gusta y no pasa nada. A Izan no le llamó mucho Degas, tampoco Monet, que son mis favoritos. Pero al dejarle libre he notado como eligia obras muy interesantes, que es muy probable que yo no elegiría, y eso ha hecho con que las mirara mejor.
- Es muy probable que tu hijo no verá todo el museo (o incluso toda la planta). No pasa nada. No le forces a ver todo. Es muy importante que estos primeros acercamientos sean positivos y que el niño se quede con un recuerdo bueno, y que no piense que ir al museo es una obligación. Quizás sea mejor empezar con una muestra corta las primeras veces. Muchos museos tienen horarios especiales de entrada gratis, verifica antes de salir por si es mejor para vosotros. En el caso del Thyssen, Izan no pagó entrada por su edad y yo tampoco por estar en paro. Pero a partir de las 19 horas hay pase libre hasta la hora de cerrar, lo que es una opción muy interesante.
Las visitas a museos de arte con niños pequeños son muy importantes. Desarrolla su pensamiento crítico y la observación. El arte amplia las mentes al dar una gran variedad de perspectivas. Si el niño empieza ir al museo de pequeño, irá también de adulto, es como leer.
Montessori y las artes
Hay personas que dicen que Montessori no incentiva las artes. Es uno de los grandes mitos de la ignorancia que hay alrededor del método. Sí que las artes son incentivadas en Montessori, especialmente a partir de los 6 años, edad que Izan cumplirá en breve. Pero se empieza en la Casa de Niños (3 a 6 años), con ejercicios de movimiento de las manos, con plastilina y pinturas, entre otros materiales.
En Montessori, las artes están dentro de Vida Práctica y son algo para construir la personalidad del niño. Se enfatiza mucho la creatividad. Para facilitar que ésta surja, es necesario que el niño tenga experiencias. Se utilizan ceras, pintura de dedos, barro; se hacen técnicas como de «collage», origami, coser. En el ambiente preparado es posible tener una mesa de observación de algún artista, por ejemplo, con postales de obras, libros sobre él, tarjetas de tres partes y otros objetos relacionados con la obra.
Por eso, no tengas miedo de llevar a tu hijo o hija al museo, no pienses que no le gustará o que no comprenderá lo que verá.
Termino este post con una de mis frases favoritas de Maria Montessori: «siembra en los niños ideas buenas, aunque no las entiendan. Los años se encargarán de descifrarlas en su entendimiento y de hacerlas florecer en su corazón».
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Posted at 19:57h, 21 octubre[…] algunos años conté cómo fue nuestra visita al Museo Thyssen y estas vacaciones tocó visitar el Museo Reina Sofía. Hoy os cuento que tal ha sido el paseo y […]