17 Oct ¿Tu hijo tiene algún talento?
A veces pensamos que nacimos sin ningún talento. Pero ¿será que nos ayudaron a descubrirlo alguna vez? El adulto tiene un papel fundamental para ayudar al niño a encontrar su camino. ¿Cómo ayudar a nuestros hijos a descubrir sus talentos?
Cuándo tenía 8 años tenía claro lo que quería ser escritora. Fue a la misma edad que leí un libro por la primera vez y me pareció tan increíble que se podía escribir páginas y páginas de algo que imaginas, y que la gente lo lee y también podría imaginarlo, que para mí era mejor que hacer magia. Escribía mucho, pasaba tardes enteras escribiendo. Conté a mi padre. Su respuesta fue: «pues te vas a morir de hambre». Por supuesto, después de escuchar eso, desistí de ser escritora.
Pero sabía que debería dedicarme a algo que obligara a escribir, sino no sería feliz. Cuando lo decía a mis amigas, no me comprendían. «Cómo puede ser que ya sabes que profesión quieres seguir?». Incluso cuando tenía 18 años y me preparaba para la selectividad tenía muchos amigos y amigas que no sabían qué hacer de sus vidas. «Creo que voy estudiar X porque mi padre dijo que da dinero», «voy estudiar Y porque mi madre dijo que está bien para mí». Y luego muchas de esas personas se frustraron.
Dicen que un niño, o un adolescente, no puede saber a que desea dedicarse cuando adulto. Sinceramente, no lo creo. Creo que todos sabemos muy bien a que queremos dedicarse desde los 7, 8, quizás 9 o 10 años como mucho. Es en esa edad, del segundo plano de desarrollo, cuando empezamos a observar el mundo, a entender como funciona, como se vive en sociedad, que hacen los hombres y mujeres, que descubrimos nuestros talentos.
«Yo nací sin talento», una vez escuché a alguien decírmelo. Mentira. Todos tenemos un talento. La pregunta es: qué es talento para ti? Y como si no fuera poco, tengo otra pregunta: alguien, alguna vez, te ayudó de alguna manera que descubrieras ese talento cuando eras pequeño o pequeña?
¿Como descubrir el talento de tu hijo? Observándole
En mi caso, tuve a mi madre, que al ver que me gustaba escribir, me facilitaba todo que tenía para que yo lo hiciera: cuadernos, hojas sueltas, papel de embalar… Cuando era adolescente, cogí la máquina de escribir de mi hermana, y «amartelaba» todos los días, no podía parar de escribir.
Cuando mi hijo tenía 2 años, quería regalarle un muñeco de dinosaurio igual al de George Pig, que era su personaje favorito. Pero en aquella época era difícil encontrar juguetes de Peppa Pig en España. Compré entonces uno estilo réplica real. Nunca me olvidaré del día que él abrió su regalo y vio su primer dinosaurio. Era el niño más feliz del mundo. Fue a partir de esa experiencia, observando como jugaba con el muñeco, que me percaté que a él no le gustaban los dinosaurios porque George Pig tenía uno. Le gustaban los dinosaurios.
Probé comprarle otros dos dinosaurios más, un triceratops y un velociraptor. Pues Izan ya no jugaba más con coches o con pelotas. Solo jugaba con sus tres dinosaurios. Le enseñé sus nombres, le enseñé libros sobre dinosaurios, aprendimos que unos comían vegetales y que otros eran carnívoros… y así empezó su amor a la paleontología.
Hoy con 8 años Izan puede darte una clase de dinosaurios, se siente en su salsa cuando va al Museo Nacional de Ciencias Naturales – que, por cierto, lo conoce como la palma de su mano. Y del amor a los dinosaurios surgió el amor a los animales, a las plantas y a la ciencia.
Respetar y apoyar, la clave de todo
No sé si Izan será paleontólogo de verdad. Pero él nunca escuchó de sus padres que los paleontólogos se mueren hambre. Si un día él decide que ya no quiere más saber de dinosaurios, al menos habrá vivido la experiencia de tener contacto con algo que le apasiona, y sabrá detectar otra cosa que le apasione cuando surja.
A veces encuentro padres diciendo que sus hijos no tienen talento, que no saben a qué apuntarles de extraescolares. Es tan fácil, solo hay que observarle! Observar cuando juega, cuando está concentrado. De ahí saldrá tu respuesta. A lo mejor le verá bailando solo, o cantando, o quizás jugando a algún deporte, o dibujando, escribiendo, leyendo mucho sobre un tema… los niños aun no aprendieron a esconder lo que les gusta hacer.
Y una vez que lo tenga claro, no le juzgue. Puede que a ti no te guste el talento de tu hijo. Pero es su talento, es su misión en la vida, a lo que él fue llamado a hacer aquí, no tú. «Es que mi hijo quiere dedicarse a algo que no le da dinero». Como lo sabes? El mundo está pasando por tantas transformaciones, nadie sabe lo que ocurrirá mañana, a lo mejor lo que ahora no da dinero mañana lo dará, o a lo mejor ya no necesitaremos dinero… ¿alguna vez paraste a pensarlo?
Si estás mirando por la puerta entreabierta de la habitación de tu hijo y lo ves dando las señales de su talento, el mejor favor que puedes hacer por él es incentivarlo. Busca por formas de que le ayuden crecer y desarrollar su talento. Si le gusta bailar, pues busca un curso de baile; si le gusta pintar, dale materiales y un espacio para crear. Si lo suyo son los videogames, intenta entender su mundo, juega con él, participa de su interés, busca artículos sobre cómo ser gamer… Estamos en un mundo en transformación, lo repito. Muchas profesiones desaparecerán, otras se crearán, y lo más importante es darles herramientas para que ellos entren en contacto con ellos mismos.
Eva
Posted at 11:51h, 17 octubreCompletamente de acuerdo. Yo con 40 estoy buscando mi talento ya que de pequeña lo dejé escapar.
Con mi hija más o menos ya lo tenemos claro aunque quiero que pruebe cosas para que ella descubra que se le da bien o mal, o le gusta o no.
Tenemos que quitarnos la idea de que tienen que estudiar una carrera y si es de ciencias mejor. Eso ya no sirve para el futuro de nuestros hijos.
Me ha gustado lo que cuentas
Marisa
Posted at 14:29h, 17 octubreTotalmente de acuerdo 🙂 a mi nene le encantan también los dinosaurios, y las plantas y las flores y los animales y la naturaleza, la música, el arte, la lectura,los deportes, el cine, el teatro… no sé a qué se dedicará el día mañana en la vida, pero sea lo que sea tengo claro que le apoyaremos siempre y que sobre todo queremos que se dedique a aquello que le guste y le haga feliz. Un beso enorme para ti e Izán