06 Sep Y se acaba el verano…
Bueno, según el calendario no. Quedan algunos días. Pero mañana empiezan las clases de Izan, entonces es como si acabara hoy, para mí.
Y, como en todos los años, siéntome triste porque ya no estará conmigo todo el día. Sí, soy una madre rara, a mí me gusta estar con mi hijo. Pasamos bien, nos divertimos, hablamos. Me siento afortunada de tenerlo en mi vida. Es un niño genial, quién lo conoce lo sabe.
Este año, por la tercera consecutiva, no fuimos de viaje a parte alguna. Pero fuimos al cine, parques, museo, safari, pintamos juntos, hicimos plastilina, jugamos, aprendemos juntos. Fue maravilloso y no sentí falta alguna de viajar, de verdad.
Pasó muy rápido. A principio estaba con el curso de asistente y no he podido darle atención, lo que siempre me mata. Después estuvimos juntitos, dormimos juntos, leemos cuentos, vimos pelis agarrados en el sofá. No vi esos casi tres meses pasando.
Es verdad que hubo momentos de tensión. No lo voy a mentir, somos humanos, discutimos, nos enfadamos, pero siempre hacemos la paz al final.
Izan pasó mucho tiempo en la piscina, con su padre y sus abuelos. Fue la alegría de las amigas de mi suegra, se ha convertido en el rompe-corazones de las abuelas, que no paraban de decir «que guapo es». Está tan alto, tan cambiado, habla tanto, tiene unas preguntas que me sacan una sonrisa y ya enseña maneras del segundo plano de desarrollo de montessori… está tan bello verle crecer! Siempre ha sido, es verdad, pero ahora le veo más tranquilo, podemos tener conversaciones que hasta hace un año atrás no podríamos… es increíble como ha crecido.
Y mañana él empieza primaria… estoy muy nerviosa, más do que cuando entró en Infantil. Saber que ahora todo cambiará – cuatro profesores, clases en inglés, estar solo en una mesa… los malditos deberes y exámenes, que ahora vendrán con fuerza total… estoy apavorada, de verdad. No sé como él lo va a llevar, tengo mucho miedo que se le quiten las ganas de aprender y el cariño por el cole, cosas que no me gustarían que pasara.
Ahora de vuelta a los horarios, a tener el uniforme preparado, a lo «anda, vete a dormir que mañana hay cole», a estar sentado a su lado para que haga deberes, a salir corriendo para aquí y para allá. El stress, este nuestro amigo antiguo de guerra.
Como me gustaría hacer homeschooling total… en fin, es un sueño, lo sé.
Al menos sé que estará feliz de rever sus amigos y también es bueno para él la rutina… lo único que no me gusta son las «obligaciones» forzadas.
Quedamos con las fotos del verano, sus saltos mortales a la piscina, sus largos en la piscina olímpica del club del abuelo, el olor a cloro en su piel, sus risitas sentado conmigo al final del día antes de dormir.
Adiós, verano de 2016. Te echaré de menos.
Julia
Posted at 07:33h, 07 septiembreMucho ánimo en este curso que empieza, que lo estás haciendo genial con Izan y seguro que todo el aprendizaje y experiencia que tiene contigo prevalecerán sobre las cosas del cole. Además con tus post nos ayudas a las demás mamás que estamos en una situación similar, siempre a contra corriente del cole, a ver que no estamos solas. Un abrazo
Alessandra Mosquera
Posted at 13:23h, 07 septiembreHola Julia! Muchísimas gracias! De verdad! Me alegro mucho saber que hay alguien ahí del otro lado que aprecia a mi trabajo. Un abrazo a ti también!