21 Oct Visitando al Museo Reina Sofía
Hace algunos años conté cómo fue nuestra visita al Museo Thyssen y estas vacaciones tocó visitar el Museo Reina Sofía. Hoy os cuento que tal ha sido el paseo y algunas tips para ir con niños a museos de arte.
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La visita comenzó unos días antes de la visita, he dicho a Izan que me apetecía visitar otro museo de artes y pregunté si a él le gustaría ir conmigo. Él contestó que sí. Pensaba que sería otra vez el Thyssen pero le conté que de esa vez sería un museo distinto, con otras obras. Le dije que íbamos ver a obras de Picasso, alguien que él ya conocía porque le había enseñado algunas obras suyas y también porque le regalé un cuaderno de actividades de Picasso, y él se quedó un poco intrigado. Le expliqué que tomaríamos el metro para ir al museo y los transbordos que tendríamos de hacer para llegar hasta allí.
El paseo empezó con el trayecto en transporte público, que a Izan le gustó mucho. Estaba pendiente de las estaciones de metro, iba contándolas y me decía: «mami, faltan cuatro estaciones… ahora faltan tres… ahora faltan dos», y así por delante. También miraba la gente que entraba como que curioso para saber quién iba a montar con nosotros. Como siempre, le gustó ver el tren llegando en el andén y hacía comentarios como «cuanta gente», «está lejos», lo que observé que estaba pendiente del viaje.
Una vez en el museo, compramos las entradas (le gustaron mucho, tanto que las guardó como recuerdo) y entramos. Primero vimos una exposición temporal, y como él estaba receptivo, pues seguimos el paseo y fuimos a la zona de Picasso directamente. No seguimos la orden de las salas porque pensé que él podría cansarse. Y la verdad que así fue, porque después de ver Picasso él ya me pidió para ir a casa. Le expliqué que habían más obras en el museo, pero él insistió que quería ir porque tenía hambre.
Así que decidimos ir, pero antes montamos en el ascensor del museo que es muy parecido con el de Charlie y la Fábrica de Chocolate, como él mismo dijo. Creo que fue lo que más le gustó de todo el paseo. «Uau, como se ve todo tan pequeño desde aquí arriba». Pero creo que él recordará esa visita como uno de nuestros momentos más, espero que un día él cuente a alguien que la primera vez que vió el Guernica fue con su madre y que nos partimos de risa en el ascensor de cristal.
Algunas tips para visitar un museo de arte con tu hijo
Antes de la visita, es bueno programarla con tu hijo: verifica dónde está el museo, el horario de visitas, el precio de la entrada, cómo hacer para llegar hasta allí. Lo ideal es que el niño participe de ese proceso y que sea él quién busque esas informaciones.
En las escuelas Montessori, los niños de Taller (6 a 12 años) realizan el Going Out, que es exactamente eso: visitar un museo (u otro lugar público) en grupo pero son los niños que anteriormente pesquisan todo a respecto, incluso el trayecto, y si es necesario tomar transporte público, que líneas de metro tomar (por ejemplo) y todo que es la planificación de la visita. Es una parte de vida práctica para Primaria.
Una vez en el museo, no lo forces a ver todas las obras, es muy probable que no aguante ver todo. Son muy indicadas las exposiciones temporales por eso, porque son más cortas, pero mismo en caso de ver las obras del acervo es recomendable ver uno o dos artistas, no hay porque ver todo. La idea es que el paseo sea placentero y no una obligación.
Recuerda que esté con el estómago lleno sino te pedirá comida (en nuestro caso es que vivimos muy lejos del museo y ya era la hora de comer cuando llegamos…) y no se puede comer dentro del museo. Llevar una rebeca por si siente frío también es recomendable porque la temperatura en los museos son bajas.
También es interesante llevar un cuaderno y pinturas para que el niño pueda dibujar, puede que quiera copiar una obra o criar una suya basada en alguna expuesta.
Una tip que solo aprendí después del paseo, pero comparto con vosotras: llevar un caleidoscopio para que los niños puedan ver las obras a través de él, así podrán tener una otra visión del cuadro y puede que le ayude a dibujar algo muy interesante en su cuaderno.
Y, claro, converse con tu hijo sobre lo que está viendo. Ahora que está un poco mayor ya puedes hablar un poco sobre la historia del pintor o del cuadro. Cuando vimos Guernica, pregunté a Izan lo que él veía en la obra y luego le expliqué que era sobre la guerra (no entré en muchos detalles sobre la guerra y la batalla que inspiró la obra), y él se quedó pensativo. No sé que habrá pensado… pero más adelante, me dijo «me gusta el museo, tiene unas obras muy interesantes».
Lo más importante es que les guste el paseo y que empiecen a ver las obras de arte como una forma de expresión, ya verá más adelante los conocimientos más profundos. ¡Y nadie como sus padres para introducir a los niños en esa forma de apreciar!
marisa
Posted at 12:59h, 22 octubreNosotros tenemos pendiente este museo, me apunto tus recomendaciones.
Un besazo.