30 Ene Qué son las reuniones familiares en Disciplina Positiva
Uno de los recursos más conocidos en la Disciplina Positiva son las reuniones familiares. En la Disciplina Positiva, no hay culpables. Cuándo estamos en una situación en que algo no está saliendo bien, no castigamos a nadie, tampoco colocamos etiquetas. Buscamos soluciones. Y si podemos buscarlas en familia, mejor que mejor. De ahí que surge esta herramienta tan famosa y que gusta a tantas personas: las reuniones familiares.
Como el proprio nombre dice, para hacer una reunión familiar nos reunimos todos, mamá, papá (si hay un papá), y todos los niños de la familia, incluso los más pequeños. Con unos 2 años ya pueden participar de las reuniones e incluso contribuir con ellas.
La idea es que la reunión sea un momento de conexión, de compartir. Nunca juzgamos a nadie. No hay peleas, no hay acusaciones. Lo que buscamos es solucionar un determinado problema que estamos viviendo.
Cómo preparar las reuniones familiares en Disciplina Positiva
Cada integrante de la familia tendrá un papel en la reunión: uno será el que llevará la cuestión a ser discutida, otro será el secretario y otro será el mediador. Esos papeles podrán ir moviendo de una persona a otra a cada semana que realicemos una reunión.
Lo ideal es que las reuniones sean semanales y siempre en el mismo día que hemos acordado previamente. Por eso, antes de realizar la primera reunión, es importante preguntar a todos cuando les viene bien hacerla, porque siempre será ese día que vosotros os reuniréis.
Las reuniones no tienen que durar mucho tiempo, aproximadamente una hora, o un poco más. Lo justo para exponer el problema y discutirlo.
Una vez que ya tengáis el día y hora decididos, pues la persona que tenga un problema a discutir dejará en un sitio de la casa que sea visible – por ejemplo, la puerta de la nevera – una hoja diciendo por escrito lo que quiere discutir. Si es un niño que no sabe leer y escribir, puede pedir ayuda a algún adulto o hacer dibujos.
Lo ideal es que esta hoja funcione como la primera página de un periódico y que este problema sea descrito como el titular principal. Pongamos como ejemplo que el problema que tenemos en familia es que todos dejan la ropa sucia en el suelo y mamá está harta de tener de recoger las prendas para llevarlas a la lavadora. Pues la persona que tiene el problema en este caso sería mamá, y ella podría escribir por ejemplo: «mamá está harta de recoger la ropa del suelo», o algo más ingenioso, si le ocurre. Lo importante es que no coloque la culpa en nadie, solo se exponga el problema.
Hasta el viernes, a la hora de la reunión, nadie discutirá sobre este tema. Cada persona puede ir pensando en qué va a decir, pero no se discute nada. Eso es importante porque es el periodo de enfriamiento necesario para llegar al momento de la discusión, si antes de la reunión hablamos sobre el tema, es posible que ocurra un conflicto, con todas sus consecuencias y ya no tendremos los mismos ánimos a la hora de la reunión. Por eso, aguanta, si te parece que apuntar lo que siente te ayudará, hazlo, y luego lleves la hoja en el día y la hora de la reunión.
Las reuniones familiares en Disciplina Positiva: paso a paso
Empezamos la reunión. Podéis sentaros alrededor de la mesa del comedor, en el salón, cómo preferís. Lo importante es que estén todos, que no haya móviles para evitar distracciones, tampoco la tele puesta. Es vuestro momento, que nadie os interrumpa ahora.
La primera cosa que haréis es dar las gracias. Este paso es muy importante, porque recordemos que en Disciplina Positiva hay que conectarse con el otro primero. Cada uno que está alrededor de la mesa debe dar las gracias por algo que el otro le haya hecho previamente.
Por ejemplo: «agradezco a papá por haber realizado una cena tan rica a nosotros», «agradezco a mamá por contarme un cuento antes de dormir todas las noches» etc. Incluso entre los hermanos, uno debe dar las gracias a otro. Si un niño dice que no tiene nada que agradecer, podemos ayudarle, le decimos «estás seguro de que no hay nada?»
Es importante respetar el niño al lo que él quiere dar las gracias, aunque suene un poco raro a nosotros (hay algunos que quieren dar las gracias porque comieron chuches, como ya ha pasado a alguna compañera de mi grupo de DP). Si la razón de la reunión es algo que causó una discusión entre dos hermanos y ellos no quieren dar las gracias el uno al otro, se puede respetar en este momento para probar al final de la reunión.
Una vez que ya hemos dado las gracias a todos, pues vamos «al orden del día». En nuestro ejemplo, Mamá diría que, conforme ha dejado en la puerta de la nevera, está harta de recoger las prendas de ropa del suelo todos los días. Debe explicar cómo se siente, porqué eso le afecta… pero intentando no juzgar a nadie. Cuidado con el lenguaje en este momento.
El secretario apuntará en la hoja de acta de la reunión. Cada persona tendrá un tiempo para hablar, y sería ideal que no fuera mucho, para que todos puedan decir cómo se sienten y qué piensan con relación a este problema. Cuando una persona habla, ella tiene la palabra, y los demás la escuchan en respeto, sin interrupciones. Incluso es aconsejable que la persona que hable tenga un objeto entre manos que representará que tiene la palabra en este momento, y que lo pasará al próximo a hablar, cuando termine su tiempo.
La lluvia de ideas
Una vez que el problema está expuesto, y cada uno dijo cómo se siente con relación a esa situación, es la hora de la lluvia de ideas. La lluvia de ideas es el momento en que todos tienen de contribuir dando sugerencias de posibles soluciones para el problema.
Por ejemplo, puede que alguien diga de dejar un cesto en cada habitación para dejar la ropa sucia en lugar de dejar en el suelo. O alguien puede decir que ayudará a Mamá a recoger la ropa antes de hacer la colada. O entonces que, cuando uno termine de ducharse, que recoja la ropa sucia y la meta en la lavadora, etc. El secretario debe apuntar en la hoja de acta todas las sugerencias de la lluvia de ideas.
Una vez terminado, el secretario lee las sugerencias dadas. En grupo, tomaremos la decisión de eligir una de esas soluciones propuestas. Supongamos que la sugerencia elegida sea «meter la ropa en un cesto que estará en la habitación». Pues eso se apunta en la hoja, con la fecha del día de la reunión, y se guarda.
En el momento de encerrar la reunión, podemos dar las gracias si alguien no ha deseado hacerlo antes, o decir algo bonito a cada uno como cierre, por ejemplo «muchas gracias por haber discutido este problema, os agradezco que estemos juntos intentando solucionarlo.»
El día siguiente: empezamos a actuar
Al día siguiente, ya tiene de estar los cestos (en este caso) en las habitaciones para empezar la solución en práctica. No podemos tardar, la acción tiene que ser inmediata.
Tendremos una semana de plazo para probar la solución que elegimos en familia para observar si de verdad funciona para nosotros. Una vez que termine ese plazo, ya estaremos otra vez en la reunión familiar. Por eso es tan importante que las reuniones ocurran siempre una vez a la semana y siempre en el mismo día.
Tras una semana, volvemos a reunirse y a discutir los resultados de la solución. ¿De verdad ha solucionado el problema de Mamá? ¿Todos estamos colocando la ropa sucia en su cesto? ¿Cómo Mamá se siente?
Si llegamos a la conclusión que la solución no ha sido eficiente y que el problema persiste, pues se vuelve a hacer lluvia de ideas. Probamos otra solución. Si el problema está definitivamente sanado, pues podemos discutir otra orden del día, y seguir los mismos pasos de antes.
¿Te ha gustado la herramienta? ¿Ya la conocías? Si ya la conocías, no olvides de contar en comentarios si la utilizastes alguna vez y que tal ha sido en tu familia. Y si no la conocías, dime también que te ha parecido y si te gustaría aplicarla. Si tienes alguna duda sobre el funcionamiento, igualmente escriba en comentarios para que sea posible ayudar a más familias, puede que más personas tengan tu mismo problema.
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Maria
Posted at 22:42h, 30 eneroAcabamos de empezar cn las reuniones. Solo hemos tenido 1. Para nosotros será difícil hacerlas semanalmente, la verdad es que la agenda es terrible, y el mismo día de la semana casi imposible. Se propuso elnproblema de que los chicos tardaban demasiado tiempo en vestirse por lan mañana y llegabamosntarde al cole. Se propuso poner un reloj, y si tardaban más de 15 minutos un día al día siguiente deberían ayudar al otro a vestirse. No se que no debemos usar lo de las consecuencias (parece más uncastigo) pero no se me 9curre nada lógico como consecuencia de tardar 30 minutos en vestirse…. Esta semana haremos la evaluación, a ver que nuevas propuestas tienen…
Alessandra Mosquera
Posted at 11:14h, 01 febreroGracias por tu comentario Maria y por compartir tu experiencia, un abrazo!
Isabel
Posted at 21:51h, 23 abrilHola Alessandra!
Gracias por el post, me ha aclarado algunas acerca de la reuniones familiares.
Soy madre sola de una pequeña de 5 años tengo ganas de empezar con las reuniones familiares pero me resulta difícil el tema logístico, al ser solo dos en casa y ella no saber leer ni escribir aún tendría que hacer de secretaría yo… Y quién haría de mediadora entre nosotras?
Pingback:Cómo ser una madre o un padre Montessori – Nuestros Momentos Montessori
Posted at 21:55h, 17 junio[…] sientes desbordada? Delega responsabilidades entre todos de la casa. Puedes realizar una reunión familiar y decir como te sientes y que te gustaría que hubiera un reparto de tareas entre todos (sí, […]