28 Oct Y, un día, tu hijo ya está en la Segunda Infancia
Pasa muy deprisa, verdad?
Un día son bebés, tan pequeños, tan suaves, tan perfumados…
Después ya están caminando, hablando, empiezan ir a la guarde…
Y cuándo menos tú lo esperas, ya está: terminó la primera infancia. Toca empezar Primaria.
Los dientes de tu niño empiezan a caer. «Mira mamá, esta noche viene el ratoncito Pérez!», te dice, todo orgulloso, con el diente en la mano. Y tú por dientro ya sabes qué eso significa…
Sí, en un piscar de ojos tu hijo ya está en la Segunda Infancia. Y ahora?
El Segundo Plano de Desarrollo de Montessori
Maria Montessori llamaba esa etapa de Segundo Plano de Desarrollo. Entre el Primer Plano, la famosa etapa de Mente Absorbente, y el Tercero Plano, la etapa de la adolescencia, muy poca gente habla sobre ese periodo tan hermoso y tan importante para el Niño.
¿Por que hay tan poca información? La verdad es que la hay. Maria Montessori escribió sobre el Segundo Plano de Desarrollo en sus libros «De la Infancia a la Adolescencia» y «Para Educar las Potencialidades Humanas» de manera más teórica y filosófica y entra más al detalle en «La Autoeducación en la Escuela Elemental» (este está fuera de catálogo en español pero puedes encontrar en inglés como «The Advanced Montessori Method»). También hay algunas pasajes sobre el Segundo Plano en «La Formación del Hombre», «Ciudadano del Mundo» y «Educación y Paz». Luego hay tres libros más: «Psicogeometria», «Psicogramática» y «Psicoaritmética», también importantes para el Segundo Plano, especialmente si quieres utilizar materiales Montessori con tu niño.
En mi modesta opinión, lo que no hay es interés por esa etapa de la vida de los niños. Al fin y al cabo ellos ya caminan, hablan, van al baño solos, comen con cubiertos, ya saben hasta leer! Es como si estuvieron «terminados», verdad? Ya no son tan monos, tan graciosos, pasan a ser niños «sin gracia», y eso al mundo del marketing no le interesa.
Pero cuando esos niños entran en la adolescencia y sufren otra vez un cambio drástico en su ser, los padres ponen las manos a la cabeza. No habría sido más fácil prepararse algunos años antes?
Es de eso que se trata el Segundo Plano. Entender el niño del Primero que se transformó, y preparar el futuro chico del Tercero.
Comprender la Segunda Infancia para acompañar
A la primera vista parece fácil eso de la Segunda Infancia. Maria Montessori decía que era una época de calma, de pocas transformaciones. Y es verdad, si comparamos con las etapas de primer y tercero planos, cuando el niño pasa por cambios muy drásticos en su cuerpo y en su cerebro.
Pero luego vamos nos dando cuenta de que no es tan «pan comido» así. El niño del Segundo Plano no para de preguntar, y a veces puede acusarnos («has mentido a tu mejor amiga, mamá!», «tú no quieres que esté con las pantallas pero bien que tú sí estás») y hay que tener mucha paciencia y autocontrol para no sucumbir a los gritos y castigos.
Recuerdo un día que mi hijo estuvo especialmente «desafiante» conmigo, rebatiendo a cada argumento que le decía sobre el deber de ducharse todos los días. Entonces pensé con mis botones: «periodo de calma, eh, doña Maria Montessori?» Sí, los niños del Segundo Plano son como esos abogados de las películas americanas, siempre tienen una respuesta…
Y es ahí que te das cuenta de que necesitas ayuda. Te preguntas si ya está en la adolescencia. Comentas con tus amigos con hijos de la misma edad: «es que mi hijo me desafía, no lo aguanto».
Pero él no quiere desafiarte. Quiere comprenderte. Está todos los días intentando descubrir como funciona el mundo de los adultos y preparándose para la adolescencia, cuando será el Ser Social que deseará cambiar el mundo.
Acompañando la Segunda Infancia creces como madre
El trabajo de adulto preparado nunca acaba. Cuando pensamos que ya sabemos todo, viene la vida y nos da un bofetón en la cara, como Batman a Robin en el famoso meme. Hay mucho por aprender todavía, y eso es el bonito de ser madre y padre, porque con nuestros hijos volvemos a ser niños y a cuestionar el mundo con ellos.
Es como una segunda oportunidad que la vida nos da, pero con una compañía muy especial a nuestro lado, que será nuestro Maestro si sabemos mirar con sus ojos.
Nuestro hijo del Segundo Plano nos hará repensar todas las ideas que cargamos al largo de años de existencia. Nos hará rever, maravillados, la magia de los insectos, del cielo, de la noche y del día, y del ser humano que vemos en las calles.
Es una gran oportunidad para conectar con ese ser, que luego, muy rápidamente, ya pedirá su proprio espacio. No querrá estar con nosotros. Hablará de una forma rara. Se vestirá de una forma rara. Nos parecerá un total extraño. Pero no lo será, si empezamos desde ahora, a acompañarlo.
Porque esa historia de que los niños después de los 6 años «pierden la gracia» es una soberbia tontería. 😉
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