04 Sep Conociendo los mares en el Oceanário de Lisboa
Este año pasamos una semana en Portugal en las vacaciones y uno de los paseos que más expectativas tenía era el Oceanário de Lisboa, conocido por ser uno de los mayores acuarios de Europa. Alguna vez has estado allí? Pues en este post contaré nuestra experiencia visitando el Oceanário de Lisboa, este famoso punto turístico de Portugal.
Solo teníanos una semana juntos en estas vacaciones, en agosto. Decidimos ir a Portugal porque nunca habíamos estado allí, por estar cerca de nosotros (somos de Madrid), por el tiempo y por las playas, que tienen muy buena fama. Pero no tuvimos mucha suerte porque nos tocó una semana de nubes, y a pesar que lluvia de verdad no llegamos a ver, pensamos que era bueno aprovechar uno de los días que la previsión del tiempo era menos otimista para ir a Lisboa dar una vuelta y conocer el Oceanario, un paseo perfecto para Izan, que es un apasionado de los animales.
Decidimos comprar las entradas por internet, y nuestros problemas empezaron ahí. Fue un proceso un poco complicado, y no recibimos ninguna confirmación de que la transación estaba realizada, tampoco recibimos las entradas por email. Al llamar al servicio de atención al cliente del Oceanario, la atendente nos dijo que era necesario esperar 24 horas. Bueno, así hicimos. El plazo pasó y nada de las entradas en nuestro buzón. Confirmamos que tampoco había sido realizado el débito en nuestra cuenta corriente. Volvimos a llamar al servicio de atención al cliente y otra atendente nos informó que parecía que había ocurrido algún problema durante la compra porque el proceso no se había realizado. La solución fue comprar las entradas en taquilla.
Fuimos en coche, con nuestro GPS activado (el Waze), y cuando escuchamos «has llegado a tu destino» la verdad es que seguíamos igual de perdidos que antes, porque no había ninguna señal, letrero, nada que indicara si de verdad estábamos en el Oceanário. Sabíamos que estábamos en un pabellón similar al Ifema, pero ¿dónde está el Oceanário? Aparcar también era un problema porque el parking (que sí estaba señalizado como siendo del Oceanário) estaba lotado. Un señor portugués nos indicó amablemente dónde podíamos dejar nuestro coche y seguimos sus indicaciones. Una vez guardado el vehiculo, fuimos andando hasta encontrar el Oceanário en el pabellón. Sabíamos que no estaba muy lejos, pero no dónde estaba exactamente, hasta que vimos una mutitud y pensamos «tiene que ser alli». Y sí, era allí.
Llegamos al Oceanário: más gente que peces
La cola era larga pero no nos tocó esperar mucho tiempo. Pensé «vaya, que rápido va eso». La explicación la tuve al entrar en el Oceanario: estaba lotado, y caminar allí era «algo complicado», digamos. Una señorita nos indicó en la puerta que teníamos de empezar por una muestra temporal subiendo unas escaleras y luego, volver a la misma puerta, que era de la mostra permanente.
La mostra temporal, «Forests Underwater by Takashi Amano» era muy bonita, una manera muy interesante de ver los habitats marinos. Era rápida y transmitía mucha paz. En este enlace hay más detalles sobre la misma.
Al llegar a la mostra permanente, entramos en el caos – había demasiadas personas en los pasillos, no había ningun control de parte del personal del Oceanário. Entiendo que era agosto, el més con más turistas del verano, y que era un día que a la gente no le apetecía ir a la playa porque había amenaza de lluvia. Pero para mí fue un gran fallo que no haya una manera de controlar el aflujo de visitantes. A veces era necesario hacer cola para ver un espacio de 2 centímetros de cristal. Gritos, empujones… ya podéis imaginar. Eso sí, a los niños les dejaba pasar delante para que pudiesen ver los animales desde una posición con más visibilidad mientras los adultos esperaban al fondo.
Para mí, esto fue lo peor del Oceanário, falta de organización y de información a los turistas extranjeros. La compra de entradas por internet que ha fallado y la información errónea dada por el servicio de atención al cliente, nos hizo perder un día de nuestro viaje. El GPS no nos dejó en la puerta del mismo, y fuimos andando, esperando ver algún triste cartel rosa con una flechita, que nunca apareció. Y luego, una falta total de control de visitantes dentro del mismo, perjudicando la experiencia del visitante. Mal podía esperar por salir de allí. Pero, cuando una es madre, hace de todo por su hijo que estaba como loco para ver los animales marinos.
¿Pero es bonito? ¿Merece el título de uno de los mejores de Europa?
Sí, es bonito. Acredito que en un día con (muchísimo) menos personas tiene que ser un paseo hermoso, aunque si soy sincera, el Oceanográphic de Valencia da de mil a cero. No es tan grande como imaginaba, las instalaciones son, en la mayor parte, cerradas y en oscuridad, cómo tiene de ser, con grandes cristales para poder ver las diversas espécimes. Pero eché de menos un pasillo como el que existe en Faunia, en forma cilindríca, para dar la sensación de que estás dentro del oceano. Sin embargo, me gustó mucho los cristales más estrechos y escondidos de los rincones, donde era posible ver los peces desde un ángulo cómo si estubieras escondido debajo del água con ellos.
El Oceanário está dividido por habitats de los oceanos, es decir, hay las instalaciones del Oceano Atlántico, del Oceano Pacífico, del Índico… también hay animales marinos, como nutrias y penguinos (pero pocos). Cuanto a los peces, los que más llamó a la atención de Izan fue el tiburón (como no…), la manta raya gigante, el pez luna, y «Dory» y «Nemo», que no pueden faltar por supuesto. También nos gustó mucho los corales, había muchos y de verdad que eran bellísimos, incluso uno que brilla en la oscuridad que nunca habíamos visto. Y el dragón del mar, que conocimos allí, todo un maestro del disfraz.
No puedo decir si merece el título de uno de los mejores de Europa porque no conozco a muchos acuarios para comparar. Es bonito, vale la pena la visita, es muy educativo y a los niños les chifla. Pero creo que, al ser una de las principales atracciones de Lisboa, podría estar mejor preparado para recibir tantos visitantes y las instalaciones me han parecido un poco aburridas. Las espécimes son maravillosas, de eso no hay duda.
OCEANARIO DE LISBOA
Donde está: Esplanada D. Carlos I s/n – Lisboa
Horario: de 10:00 a 20:00 en verano (en invierno, se cierra a las 19:00) – abierto diariamente
Cuánto pagamos: 51 euros por família (dos adultos y un niño de 8 años)
Pagina web: www.oceanario.pt
Consejo: comprar las entradas en taquilla y evitar més de agosto
Y tú, ya has estado en el Oceanario de Lisboa? Que te ha parecido? Espero tu comentario abajo! Y si crees que este post puede ser útil, no te olvides de compartirlo en tus redes sociales para que Nuestros Momentos Montessori llegue a más familias. ¡Gracias!
Clesio
Posted at 14:00h, 16 octubreParece que esse Aquário é no Brasil!! Temos, mesmo, muito em comum com Portugal!
Alessandra Mosquera
Posted at 14:16h, 16 octubreMuito! 🙂