niño estudiando

Las notas y las etiquetas de los niños

La semana que viene empiezan las vacaciones de invierno y muchos niños habrán llevado sus notas para sus padres tras meses de mucho estudio y de muchos (quizás demasiados, como en nuestro caso) exámenes. Quiero recordarte que esas notas no definen a tu hijo y que tengas cuidado con las etiquetas, que suelen venir con fuerza en esta época. ¿Me acompañas?

Las familias pasan meses trabajando con sus hijos. Es que son deberes, es que son exámenes… ya he dado mi opinión a respeto y expliqué porque en Montessori no existen notas. Pero, por desgracia el sistema tradicional no es así y empuja los niños y los padres en una competición horrible.

Sinceramente, a mi me parece absurdo que en pleno año 2019 el sistema tradicional todavía utiliza las notas de la manera que utilizan. Ya existen tantas descubiertas en el nivel de las neurociencias y cómo el cerebro aprende, pero seguimos igual que hace 100 años.

En fín, es lo que hay, y mientras nuestro sistema no cambia solo puedo pedirte por favor que no entres en esa rueda de hamster que nos empujan nuestros hijos y a nosotros. Desde muy pequeños los niños son obligados a entrar en ella por fuerza del colegio, y no es raro encontrar niños estresados con notas y que compiten entre si o con ellos mismos, incluso, por sacar la nota más alta.

Sobresaliente, notable, insuficiente… son nada más y nada menos que etiquetas que los profesores colocan en los niños. Quizás con la intención de motivarlos, pero lo que logran es esto: etiquetarlos. Los que sacan las notas más bajas acaban siendo los incompetentes, ignorantes, incapaces… y hasta los que sacan las notas más altas también son etiquetados. Imagínate la presión que tiene un niño de seguir sacando sobresalientes porque ha recibido el título de «niño listo» y no puede defraudar a nadie…

Los niños no son sus notas

Hay que tomar cuidado para no confundirse. Las notas no definen a los niños. Ellos son mucho más que eso: son graciosos, pillos, observadores, curiosos, esforzados… y son nuestros hijos, lo más importante de todo.

Cuando decimos que un niño es burro, porque saca muchos insuficientes, lo que hacemos es decirle: eres un burro. Y el niño entenderá que, como es un burro, pues tiene que seguir siéndolo. No estudiará y no se esforzará, porque, al fin y al cabo, es un burro. ¿Por que cambiaría?

Lo mismo pasa con el que solo saca sobresalientes, si un día saca un notable podrá tener una crisis de llanto porque ya no es el niño listo que todos decían que era. Ya vi padres que se reían de sus hijos que estaban tristes por haber sacado un 8. Y eso no es para reírse.

Es importante dar la importancia justa a las notas para no herir la autoestima de los niños. ¿Pero es solo al recibir las notas que tenemos que tomar cuidado com etiquetar los niños? Pues claro que no. Porque hay otras etiquetas peligrosas: la del llorica, la del chico malo etc.

Mira al niño que tienes delante de ti

¿Que tenemos de hacer entonces? Pues acostumbrarse con un consejo (la verdad, era un mandamiento) de Maria Montessori:

Nunca hables mal de un niño en su presencia y tampoco en su ausencia

Maria Montessori

Si dejamos de hablar mal de los niños delante de ellos – «es que pareces tonto, niño» – e incluso cuando ellos no están delante de nosotros – «tengo un alumno que es tan difícil» dejaremos de etiquetarlos. Si pasamos a ejercitar la mirada y la observación y ver, sin juzgar, que es un niño que canta, que baila, que es gracioso, cariñoso… en fín, cuando reconocemos sus verdaderas calidades y no solo las que aparecen en el plan académico, pues entonces dejaremos de etiquetar.

Lo mismo vale para los niños que sacan buenas notas pero se estresan demasiado al sacar alguna no tan alta. Hay que reconocer los seres humanos que son, sin tener escuela por medio.

Cuando vemos el ser humano que tenemos delante, es mucho más fácil ayudarlo, si es necesario, y especialmente, es en este momento que encontramos toda la belleza que tiene y lo cuanto podemos aprender con él o con ella.

Para terminar, quiero dejarte este artículo de Olga Carmona para El Pais sobre las etiquetas y los niños – ella también cuenta cómo fue inventado el sistema de notas de la escuela tradicional y vale la pena leerlo- y también este video de Alberto Soler que cuenta sobre un interesante experimento psicológico y los resultados obtenidos tras reverter las etiquetas.

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Alessandra Mosquera
nuestrosmomentosmontessori@gmail.com

Alessandra Mosquera es periodista, asistente Montessori AMI 3 a 12 años y educadora de Disciplina Positiva para famílias y maestros formada por la PDA. Vive en Madrid, España, hace 18 años con su marido Ernesto, su hijo Izan y Moon, su perro Jack Russell. Le encanta pasar las tardes viendo una película con sus chicos con una mantita y un bol de palomitas.

2 Comments
  • Eva
    Posted at 22:34h, 21 diciembre Responder

    Completamente de acuerdo. Nosotros tenemos suerte de poder llevarla a un cole que no hace exámenes y no pone notas y estamos encantados. Pero es difícil no etiquetar, hemos sido educados etiquetando y tenemos que hacer un gran trabajo de reeducación. A nosotros nos etiquetaron y ha quedado grabado a fuego en nuestras creencias

    • Alessandra Mosquera
      Posted at 00:18h, 23 diciembre Responder

      Exacto. Repetimos los errores de nuestros padres, maestros y demás adultos con quien convivimos. Pero con algo de observación a sí mismos y a ellos, podemos cambiarlo. Gracias por tu comentario!

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