26 Nov El uso de pantallas y Montessori – después de los 6 años

Hace dos años, escribí sobre el uso de pantallas e intenté contestar la famosa pregunta: «¿Maria Montessori aconsejaría el uso de tablets y smartphones a los niños?». Si no lo has leído, o si quieres leerlo otra vez, puedes hacerlo accediendo desde este enlace. Hoy vuelvo al mismo tema, pero sobre el uso de pantallas con niños de más de 6 años.

De acuerdo con la Academia Americana de Pediatría, en un estudio realizado en 2017 que fue publicado en la revista «Pediatrics», a partir de los 6 años de edad cabe a los padres hacer un uso de las pantallas «con sentido común», buscando un equilibrio entre actividades como leer, jugar al aire libre, hacer deportes, y el tiempo de pantallas (recordando que cuando nos referimos a «pantallas» queremos decir smartphones, tablets, videogames y TV). Si quieres saber más sobre este estudio, puedes leer a respeto en este artículo de Bebés y Más.

Si lees a menudo sobre Montessori o si has estado en cursos presenciales, ya sabrás que la postura de muchos guías y expertos que llevan el mensaje de Maria Montessori es que no se debe proporcionar pantallas a los niños nunca, y después de los 6 años, solamente a ratos para pesquisar sobre temas de estudio. Algunos dirán que tampoco para eso. Ahí hay opiniones y opiniones. Desde cuando escribí mi artículo, aprendí algunas cosas, viví otras, y mi opinión cambió un poco. No quiero aquí ser la Dueña de la Verdad, solamente compartir lo que pienso, y si eso ayuda a alguien que esté leyendo, pues me doy por satisfecha.

Saludable, no lo es

Que el uso de las pantallas por los niños, especialmente los pequeños, no es algo muy saludable no es ninguna novedad y creo que todos estamos de acuerdo. Todos que somos madres y padres, que ya hemos probado dejar la tablet con el niño por más de dos horas, hemos vivido las consecuencias.

¿Ya estuviste alguna vez más de dos horas con el smartphone? Yo sí, y sentí un dolor de cabeza muy fuerte, ojos ardiendo y mucha dificultad en concentrarme. Pensé: «¿que los niños sentirán?»

Observé que mi hijo, cuando usaba las pantallas por más tiempo que el usual, se volvía más irritable, sin ganas de trabajar, leer, estudiar o incluso de jugar. Las pantallas son muy adictivas y cada día que pasa él quiere estar más con Youtube. Su humor cambió, su vocabulario también (pasó a decir muchas palabrotas), la actitud cambió muchísimo, y no para mejor.

Cuando estaba recaudando información para escribir este post, leí en un blog de una guía Montessori norteamericana una frase que me gustó mucho: «decimos que dejamos la tablet para que nuestros hijos aprendan tecnología. Pero que aprenden asistiendo a Youtube?» Claro que hay contenidos de calidad, pero la mayoría de ellos (y recordamos que los niños van «pinchando» en cualquier enlace recomendado) no enseñan nada.

La canguro electrónica

Por otro lado, nunca en la historia (creo que eso también leí en algún lugar cuando estaba recaudando información…) ha sido tan difícil crear a un niño. Porque los padres, y las madres, trabajan, a veces por horas y horas. A veces muy lejos de casa. Porque la vida no está nada barata de vivir, y no me refiero para hacer viajes o cambiar de coche, me refiero a pagar hipoteca, luz, gas, supermercado, esos gastos que todos tenemos.

Cuando era niña, allá por los 80, mi madre a veces me dejaba con alguna amiga suya, mientras ella tenía que hacer recados. Hoy, ¿con quien dejamos a nuestros hijos? Si tienes suerte de tener abuelos, suele ser con ellos. Y los abuelos ya no están para «mucho trote». Y cuando no tenemos familia en el país donde vivimos es aun más complicado.  Es decir, que no tenemos ayuda de nadie. Tenemos de apuntar los niños a extra escolares y luego, una vez en casa, es la hora de preparar la cena, hacer la colada, cuidar del hermanito (para las que tienen más de un hijo)… es una locura.

En una situación así, por supuesto los niños van a coger la tablet. Y no te culpo si lo haces, porque todas lo hicimos, al menos una vez, aunque suele ser mucho más de una.

Enseñar el uso responsable

Cuando estaba haciendo mi curso AMI, mi formadora comentó: «no podemos alejar la tecnología de los niños, porque este es el mundo que les ha tocado vivir». Por más que no dejemos que los niños usen las pantallas, llegará un momento que lo harán. Si no será en casa, será en el colegio.

Hay familias que optan por ser «screen free» y vivir sin pantallas. Es una decisión. Pero a veces no es posible. Nosotros sí tenemos TV, ordenadores, smartphones y tablet. Mi marido y yo necesitamos la Internet para trabajar y para comunicarme con mi familia. Mi hijo utiliza tablet en su colegio.

Mi opinión sobre el uso de pantallas sigue igual para niños pequeños: es mejor evitarlas al máximo. Porque una hora, media hora, cinco minutos que sea con un smartphone, son una hora, media hora o cinco minutos sin contacto con el mundo real, algo que el niño de 0 a 6 años necesita tener.

Para el niño mayor de 6 años, la situación cambia. Porque ellos ya conocen y muchas veces saben incluso cómo se usa esos dispositivos. Lo mejor, en mi opinión, es enseñarles a utilizarlo con moderación y con utilidad.

Aprender a usar un dispositivo es como aprender a conducir un coche, hay que saber cómo hacerlo. La verdad es que aquí también tenemos de seguir la máxima de Montessori de libertad con límites. Eso, obviamente, no se enseña en un día, o en dos. Es un aprendizaje, y es algo que nosotros también tenemos de aprender, ya que la tecnología evoluciona muy rápido en nuestros tiempos y tampoco sabemos cómo usarla nosotros.

Si es necesario pesquisar sobre un tema específico en Google, pesquisa junto con tu hijo. Entregar un ordenador en la pantalla del buscador para un niño es lo mismo que dejarle un coche en medio de una autopista. Por eso, es necesario, al menos a principio, seleccionar los enlaces con él. Luego, hablar sobre fake news, robo de identidad, la etiqueta para enviar emails o participar de redes sociales es muy importante.

La tecnología no desaparecerá, llegó para quedarse. No será entregando los dispositivos sin más que estaremos siendo útiles. Es importante enseñarles buscar información fiable y cómo usarla. Doy una pista: suele estar en libros de verdad. 😉

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