150 años de maria montessori

150 años de Maria Montessori: muchas gracias, doctora

… y ha llegado el día de nuestro último post por la serie en homenaje a los 150 años del nacimiento de Maria Montessori: hoy es lunes 31 de agosto. El último post de mi pequeño tributo a ella, que tanto nos inspira en nuestro trabajo, con nuestros hijos, alumnos, pacientes, usuarios.

Confieso que pensé unas cien veces en como escribir este último post; pensé en varios temas, en varias maneras de enfocar, de desarrollar… y todavía no lo tengo claro. 🙂

Así que decidí dejar mi corazón hablar y será con el corazón que mis manos digitarán al ordenador. Las manos, los órganos de inteligencia, como la doctora nos dijo tantas veces.

Mi primer post fue sobre la historia de su vida. Antes había pensado en dejarlo para el final. Pero como deseaba escribir sobre las grandes descubiertas del trabajo de Montessori al largo de la semana, aunque no es aniversario del método, y sí de ella, pero jolines, ¿como no hablar de Montessori sin hablar sobre su trabajo?, he pensado. Así que decidí empezar por su historia porque pensé que así el lector tendría una visión más linear de todo que escribiría después.

Faltaron muchos temas, es verdad; no escribí sobre los periodos sensibles, tampoco sobre la autoeducación o Montessori en la neurociencia. No pasa nada. Siempre habrá oportunidad en el blog para escribir sobre esos temas, no es necesario hacerlo solo cuando se celebra los 150 años de Maria Montessori. Sí tenía claro que quería contar sobre las tendencias humanas, los cuatro planos de desarrollo, el triángulo Montessori, la educación cósmica y la educación para la paz porque para mí son temas apasionantes del método Montessori y, especialmente los dos últimos, su mensaje especial a la humanidad.

Después de mucho pensar, pensar y pensar, y también de asistir a las Meditaçoes com Montessori, que Gabriel Salomao organiza todos los martes y jueves en el Facebook de Lar Montessori, y al maravilloso evento internacional Montessori Everywhere que ocurrió ayer llegué a la conclusión – que es lo que mi corazón me pide – que dividiré este último post en dos partes. Allá va la primera:

Montessori hoy

Hoy, en pleno siglo XXI, más de cien años después que su método ha surgido, Montessori está, quizás, más actual que nunca. Se equivoca quién dice que este es un método anticuado; la verdad es que nunca estuvo tan actual y sigue siendo tan necesario como décadas atrás.

Se estima que existan alrededor de 25 mil colegios Montessori en todo el mundo, siendo que 5 mil están en Estados Unidos. Es un número bajo, si pensamos que existen más o menos mil millones de niños en el mundo. Pero ellas existen. Y, a pesar que la pandemia ha frenado el fenómeno, a cada año abren más escuelas Montessori.

Algunos dirán: sí, pero son escuelas privadas, en su mayoría, y muchas familias no pueden pagar. Es verdad. Los colegios Montessori son escasos y son muy caros, en todos los países del mundo. El sueño de Maria y de todos los montessorianos es que llegue un día en que todos los establecimientos de enseñanza sean Montessori. Algo muy difícil a día de hoy por una serie de cuestiones.

Sin embargo, si paramos para observar, encontraremos Montessori en todas las partes: en las escuelas infantiles, aunque sean muy tradicionales, podrás encontrar un poco de Montessori en sus mesitas y sillitas bajas, encontrarás Montessori en las educadoras que se abajan a la altura del niño y les miran a los ojos para hablarles, encontrarás Montessori en todas escuelas infantiles que dan prioridad al trabajo con las manos, aunque sea con plastilina y pinturas.

Encontramos Montessori al visitar una tienda de muebles y depararse con, en la zona de muebles infantiles, que hay camas, mesas, sillas y armarios bajos para niños pequeños, y cuando encontramos en esas mismas tiendas una área infantil para los hijos de los clientes; encontramos Montessori cuando estamos en un centro comercial y hay un baño exclusivo para niños con váteres y lavamanos bajitos; encontramos Montessori en los parques infantiles con columpios que tienen como propuesta el movimiento de brazos y piernas de los chicos.

Encontramos Montessori en la creación de leyes para niños y adolescentes en distintos países del mundo para su protección. Pero si los niños siguen sufriendo en esos mismos países, algunos dirán. Sí, es verdad. Pero existen las leyes. Antes, ellas no existían. Y eso debemos a Maria Montessori.

Encontramos Montessori en las redes sociales, en Youtube, en libros mil de crianza y de educación si vamos a una librería. ¡Bah! Si muchos de ellos tienen muy poco de Montessori o nada, algunos dirán. Sí, es posible. Pero nunca se divulgó tanto su palabra.

Encontramos Montessori en el tratamiento de personas con Alzheimer. Encontramos en el trabajo desarrollado con niños y niñas dentro del espectro del transtorno autista. También hay Montessori en trabajos de inclusión de niños con necesidades especiales en escuelas para chicos normotípicos y en el tratamiento que es dado hoy a pacientes psiquiátricos. Hasta existen entrenadores de fútbol para niños con visión Montessori.

Por supuesto, todavía queda mucho por hacer. Pero no hay porqué pensar que Montessori es algo que solo se puede hacer dentro de una escuela (y menos aun dentro de una escuela para niños pequeños). Montessori es una ayuda para la vida. Y como tal, puede ayudar a todas las vidas: de bebés, niños pequeños y mayores, adolescentes, universitarios, adultos, ancianos, hombres, mujeres y la comunidad LGTBI. Para blancos, negros, amarillos, rojizos… para todas las religiones. Y también para aquellos que no creen en ninguna.

Y no es solo para educadores. También es para psicólogos (de niños y de adultos), para médicos, logopedas, asistentes sociales, dentistas, terapeutas… yo diría que incluso para los políticos. Quizás sean los que más necesitan leer sus obras…

Hoy, que celebramos los 150 años de Maria Montessori, te invito a dejar de pensar en «es que es un método para colegios caros». Quiero que pienses: «¿como Montessori puede ayudarme en mi trabajo?»

Solo así haremos la revolución Montessori.

Gracias, Maria

Hace muchos años una guía Montessori me dijo: Montessori es agradecer. Todas las grandes guías saben el papel de la gratitud en el trabajo de la doctora. Cuando lo comprendí, vi que no podía ser de otra forma. Ya no logro concebir Montessori sin el sentimiento de gratitud.

Por eso, en la segunda parte y final de este post por los 150 años de Maria Montessori, quiero dirigirme a ella, si de alguna manera puede escucharme desde donde está. Quiero decir: muchas gracias, Maria.

Gracias por haber defendido la mujer como has podido.

Gracias por haber defendido aun más a los niños, durante toda tu vida.

Gracias por haber dedicado toda tu vida en el conocimiento del espíritu infantil y por la defensa de sus derechos.

Gracias por haber seguido cuando pensaste en desistir.

Gracias por todos los sacrificios que hiciste al largo de tu vida por tu causa. Fueron muchos, muchísimos. La humanidad nunca podrá agradecerte lo suficiente por eso.

Gracias por la lección de superación que nos has dejado.

Y, claro, muchas gracias por haber cambiado mi vida.

Muchas gracias porque, al descubrir tu trabajo, he podido dar una crianza mejor a mi hijo.

Gracias porque la visión que tenía de los niños cambió al conocer tu mirada.

Gracias por esos 7 años de Montessori en mi vida y en mi familia.

Gracias por los 8 meses que viví la inolvidable experiencia de trabajar con niños pequeños. Ellos me dieron mucho más que yo a ellos.

Gracias porque, al descubrir tu trabajo, también descubrí el de otros que se han dedicado por la causa de los niños.

Gracias por ayudar a familias de habla española y portuguesa con mi blog y mis redes sociales llevando tu mensaje.

Gracias porque has cambiado hasta la relación con mi esposo.

Gracias por todos los amigos y amigas que me trajiste al entrar en tu mundo. Amigos de todas partes del mundo. Eso es un verdadero Regalo, así, con R mayúscula.

Gracias por me haber ayudado con mi depresión.

Gracias por me haber dado un sentido a mi vida cuando ya no veía muchos.

Tanti auguri per te, Maria.

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Alessandra Mosquera
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Alessandra Mosquera es periodista, asistente Montessori AMI 3 a 12 años y educadora de Disciplina Positiva para famílias y maestros formada por la PDA. Vive en Madrid, España, hace 18 años con su marido Ernesto, su hijo Izan y Moon, su perro Jack Russell. Le encanta pasar las tardes viendo una película con sus chicos con una mantita y un bol de palomitas.

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